D de Destino

Comienza el camino.

Sonrió cuando término de empacar sus pertenencias, no era mucho, pero eran sus cosas. Luffy había cambiado mucho desde ese día hace tres años en que perdió su virginidad y descubrió que ya no era un hombre de goma sino un hombre tormenta.

Sabía por su abuelo que al ser un usuario Logia seria perseguido aún más por la marina, pero ni eso logro persuadirlo de alcanzar su sueño, más bien solo lo motivaba aún más, ya no era un chico flacucho, desgarbado e idiota, ahora era prácticamente un hombre, alto, musculoso, pero no en exceso, bien parecido y muy poderoso.

Su abuelo lo había sometido a un entrenamiento que ni siquiera en el infierno aguantarían, por suerte solo había sido por un par de meses, lo suficiente para que entendiera lo más básico de lo que le estaba enseñando.

De ahí en adelante él tenía que arreglárselas por sí mismo lo que no era para nada fácil, pero se las arreglaba.

Así mismo después de dos meses de abstinencia y con muchas ganas de volver a repetirlo, ni bien vio el buque de su abuelo marcharse salió corriendo al bar de Makino en el que terminaron haciendo el amor por tres horas sin detenerse, después de eso pudieron hablar de lo que había pasado y lo que pasaría.

Makino no había estado muy segura de partir junto con él en su viaje, pero accedió a entrenar con él.

Después de ver las habilidades que podía aprender y la ayudarían se emocionó, aun así, le tomo casi un año decidirse a partir con él, además no le gustaba la idea de él marchándose por quien sabe cuánto tiempo y ella quedándose allí con ganas de todo lo que su novio representaba.

Así mismo tuvo que entrenar y comprender bien su nuevo poder, había estado acostumbrado a la fruta Gomu, Gomu, pero algunos de sus ataques más poderosos no se complementaban bien con su nueva habilidad así que tuvo que reorganizarse.

Ahora la utilizaba bastante bien y con sus otros poderes podía fácilmente y con confianza decir que no había nadie en el East Blue que pudiera vencerlo.

Además, su mentalidad también parecía haber cambiado, en especial odiaba que lo amenazaran, en especial por alguien que estaba seguro no podía poner su vida en juego, era celoso como el demonio y era mucho más serio acerca de varias cosas.

Su vestimenta era una gran muestra de eso, ya no utilizaba chanclas o pantalones cortos, ahora usaba unas botas de combate negras, generalmente usaba jeans negros o pantalones cortos negros de vez en cuando y también usaba camisetas rojas, negras o verdes esmeraldas, su sombrero era lo único que lo identificaba como el mismo Luffy que todo el mundo conocía desde pequeño.

Pero aún disfrutaba mucho de la vida, le encantaba una buena aventura, le encantaba el sexo y comer.

Lo último era muy necesario porque su fruta del diablo quemaba energía como el demonio, había discutido eso con Makino, así como con su anterior fruta del diablo que hacia sus órganos de goma y por ende se expandía cuando comía, ahora a pesar de no poder comer tanto tenía que comer varias veces al día para poder mantenerse activo.

También discutieron esta nueva inteligencia, Luffy no tenia de otra más que aceptar que había sido un idiota, como sus órganos eran de goma las pulsaciones eléctricas que representaban sus pensamientos no se esparcían, o más bien lo hacían estúpido.

Ahora al tener un poder de electricidad misma ayudo bastante, no era de repente un erudito que lo sabía todo, pero ahora era más inteligente y podía mantener una buena conversación con cualquiera.

Con todo eso Luffy se había convertido en todo un don juan en la aldea y tenía un par de chicas detrás de él, pero Luffy no sentía atracción por ellas no sabía porque, reconocía su belleza, pero no le causaban la misma compulsión de Makino, esa compulsión de querer hacerle el amor.