Utopía.

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Tuvieron que refugiarse antes de llegar a Yuba gracias a una nueva tormenta de arena, Vivi estaba preocupada por eso ya que no eran comunes en ese lugar, era la primera vez que ella presenciaba una tormenta, especialmente una tan grande, en Yuba.

Se refugiaron por al menos unas tres horas antes de que pudieran volver a salir y ver la ciudad y su estado.

Algo por lo que Vivi estaba tan alarmada como por la tormenta misma, Yuba había pasado de ser un oasis a convertirse en una parte de desierto que lo rodeaba, edificios y casas parcialmente enterradas, palmeras muertas y viento frío es lo que recibieron.

– No puede ser... – murmuró Vivi al borde de las lágrimas.

– ¿No se suponía que esto era un oasis? – preguntó Gin mirando hacia todos lados e intentando encontrar algo de agua.

Vivi asintió mordiéndose el labio, esperaba llegar a un oasis repleto de gente rebelde y se encontró con la misma desolación y destrucción que en Erumalu, lo peor de todo es que habían perdido mucho tiempo caminando hacia allí cuando los rebeldes ya habían cambiado de sede.

Escucharon algo clavándose en la arena, confundidos buscaron el sonido, pero con la soledad del lugar cada sonido parecía esparcirse por todos lados.

Luffy encontró la voz de una sola persona, una persona cansada y vieja pero decidida y fuerte, con un movimiento de su mano todos comenzaron a seguirlo hacia el centro de la ciudad, justo donde anteriormente había un hermoso lago rodeado por palmeras frondosas.

Casi enseguida notaron a una persona retirando arena poco a poco en una sola sección del lago.

Se acercaron lo más que pudieron hasta que el hombre les hablo – son viajeros – murmuró con una voz vieja – deben estar cansados de su viaje por el desierto, como ven Yuba no es lo que solía, pueden descansar en cualquiera de las casas, pero no hay mucho para comer y beber.

Vivi tapando su rostro lo mejor que pudo dio un paso cerca – disculpe, hemos oído que aquí estaba el ejército rebelde...

Enseguida el hombre los regresó a ver con los ojos abiertos del enojo – ¿qué demonios quieren con el ejército rebelde? – preguntó bruscamente, antes de que alguien pudiera responder el viejo ya estaba lanzándoles todo lo que tenía a mano, por suerte la mayoría estaba lo suficientemente lejos para evitar cualquier cosa, Usopp no tuvo tanta suerte y recibió un barril en la cara – ¡no se les ocurra decirme que piensan unírseles!

Después de un minuto entero de ese modo el viejo por fin se cansó y se detuvo, se arrodilló dónde estaba y aspiró aire para poder recobrar el aliento – eso... esos idiotas ya se fueron – tartamudeó acariciando su garganta.

– No puede ser... – dijo Vivi con preocupación.

– La sequía ha hecho que varias tormentas de arena golpeen el pueblo, Yuba se secó por completo y poco a poco está siendo comida por el desierto, todo el mundo se fue, así como el ejército rebelde, se fueron a Katorea donde tenían más posibilidad de conseguir lo que necesitaban.

La peli azul lo regreso a ver abriendo los ojos – ¿Katorea? – preguntó asombrada.

– ¿Qué pasa Vivi-chan? ¿dónde está Katorea? – preguntó Sanji soltando el humo de su cigarrillo.

– ¿Acaso está cerca? – preguntó al mismo tiempo Nojiko.

La princesa negó con la cabeza y regresó a ver al grupo – Katorea es el oasis cerca de Nanohana – respondió para desagrado de todos.

– Katorea es la ciudad donde me perdí y conocí a Pestañas – mencionó Chopper con los ojos abiertos, el camello comenzó a balbucear algo así que el reno lo regresó a ver – ¡Pestañas dice que estaba transportando provisiones a los rebeldes en Katorea!

D de DestinoWhere stories live. Discover now