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Jeonghan estaba vagando por su casa, revisando los datos de donde había mayor cantidad de gente aún no corrompida o que tenía posibilidades de llegar al cielo.


Sin embargo, se detuvo al notar el aire estar más denso, caliente y hasta un poco toxico en cierta parte de la gran casa. Confundido se acercó al origen de esto, pensando en cómo eso dejaría agonizando a demonios menores.


Solo abrió la puerta de la habitación, siendo golpeado por mayor energía negativa que tan solo le provocaba un escalofrió en su nuca.


- ¿Por qué estás tan de mal humor, Woozi? – Cerro la puerta tras suyo y tomo asiento en la orilla de la cama, dándole algunas palmadas al bulto que era el ángel caído. Este gruño y trato de ignorarlo.


Siguió moviéndolo y preguntando, cambiado su tono de voz a uno más agudo, logrando que el de menor altura con fastidio se quitara las mantas de encima y le fulminara con sus pequeños pero negros ojos - ¡Vete antes de que me desahogue contigo! – Grito con rabia.


Jeonghan levanto una ceja y se encogió de hombros – No me iré hasta que me digas que te paso para estar así – Lucifer mostró sus colmillos de forma amenazante para luego volver a hacerse bolita en la cama.


El mayor se acostó al lado y paso un brazo por sobre su hermano, dejando claro que se quedaría ahí hasta lograr su objetivo.


Los dos eran un par de tercos demonios que no necesitaban comer ni ir al baño, así que se pasaron días de esa forma, en donde Jeonghan notaba como de a poco la energía tan densa de un inicio fue desapareciendo.


Finalmente, el de negro cabello soltó un largo suspiro al decidir rendirse. El primer demonio que creo era muy terco porque solo estaba preocupado por él.


- Estoy estresado y molesto por culpa de un humano – Confeso al fin, acercándose un poco más al cuerpo de Jeonghan para ser bien abrazado. Le encantaba el calor – Tu sabes mi modo de corromper humanos, pues en este caso, no funciona – Soltó con fastidio.


Jeonghan abrió sus ojos con sorpresa. El rey del infierno solía meterse a los sueños de personas inteligentes para dejar ideas de inventos que promovieran la pereza en el mundo y a la vez alimentar la ambición y soberbia del humano en cuestión, provocando también de paso envidia en otros humanos que a pesar de ser igual o más inteligentes, no lograban conseguir ese nivel de riqueza. Era un método más delicado y que requería mayor trabajo, pero lograba afectar a muchos humanos a la vez. Se quedó en silencio, pero le dio un abrazo más fuerte, indicándole que lo escuchaba atentamente.


- A este simio le di una idea genial, pero el muy idiota parecía sordo o ciego ante lo que le ponía enfrente, porque estaba más concentrado en mí. No dejaba de mirarme, ignorando lo otro – Explico con frustración – Los humanos suelen de inmediato tomar la oportunidad de estar sobre el resto, pero este por más que lo he visitado en sueños para darle la idea, sigue solo mirándome – Relajo todos sus músculos al ya sacar lo que le tenía tan molesto.


- ¿No lo habrás herido, cierto? – Jihoon chasqueo la lengua.


¿Puedes jugar conmigo? (JIHAN)Where stories live. Discover now