4

1.9K 255 95
                                    



Se encontraba confundido y pensativo en su habitación, recostado en la cama de colchón tamaño King que alimentaba su pereza. No paraba de pensar sobre esa situación que no era la primera vez que le pasaba.


- ¿Hannie? – Ante ese apodo se giró de inmediato hacia la puerta de su habitación, pero sintió algo de decepción. ¿A quién esperaba encontrar?


- Hey, Seungkwan... - Saludo vagamente, volviendo su atención al techo de su habitación. El de cabello azul solo pasaba por fuera para saludarlo y quizás invitarlo a ir a las playas de algún país, pero noto una apagada actitud en el mayor. Entro, cerrando tras suyo la puerta. Salto al lado de la cama que estaba vacío, haciendo saltar un poco al rubio. Se acomodó sobre el cómodo colchón para apoyarse en su mano y la otra en su cadera.


- ¿Pasa algo? ¿Volviste a tu época de antisocial que ama más su cama para dormir que usar otras para follar? – Jeonghan le pego una patada por sus palabras, negando con cierta frustración - ¿Entonces? – Estiro su brazo para acariciar sus rubios cabellos que probablemente los humanos con los que compartía cama amaban, pues era muy suave y sedoso.


- Tu sabes, los humanos tienen sus cosas que, a pesar de todos los años, siguen sorprendiéndonos – Sabia que lo mejor para aclararse un poco, era compartirlo con alguien en quien confiaba, así que no se lo guardaría a sí mismo como solía intentar hacerlo Woozi – Conocí a uno desde que era un niño y hace poco me lo volví a encontrar teniendo veinte. El muy idiota me coqueteo todo confiado, hasta se me insinuó. No sé qué hacer, porque de alguna manera aunque intente evitarlo, ya sé que me lo volveré a encontrar de nuevo – Murmuro con fastidio, un sentimiento que aumento por la risa burlona del menor.


- ¿Qué? – Logro decir entre sus ruidosa y burlona carcajada, que por los infantiles golpes que le dio el demonio mayor, logro calmarla un poco - ¿En serio tú, el dios de confundir con tus encantos a los humanos, no sabes que hacer con un niño atrevido? – Dijo sin poder creerlo. Jeonghan quiso replicar que no era cualquier humano, pero se calló, quedando pensativo.


- Lose, es muy raro, pero créeme, me quedo en blanco con él – Explico sin mucho ánimo, moviéndose un poco en la cama para abrazar cierto peluche de conejo del que si Seungkwan supiera de donde salió, se reiría aún más. El de redondas mejillas sonrió por lo adorable que lucia su amigo.


- Es solo un humano, uno de muchos, así que deja de complicarte y aprovecha que se te está ofreciendo tan fácil. Hazlo tuyo, diviértete y quizás así te deja de incomodar eso. Avísame si en la cama es agresivo para luego yo ir a darle el visto bueno – Le guiño el ojo al mayor, quien descarto totalmente la opción de contarle eso a su amigo. Si era bueno en la cama, entonces se lo quedaría solo para él.


Termino asintiendo algo dudoso a la idea de ceder a acostarse con ese humano. Igual tarde o temprano iba a hacerlo.


- ¿Por qué zonas andas trabajando? – La pregunta le tomo desprevenido.


- Asia, ¿Por? – Cuestiono con extrañeza. Seungkwan puso una seria expresión que le dio mala señal.


- Te advierto que hay mucha actividad de ángeles tanto por Asia como Europa, así que ten cuidado. Son peligrosos porque tienen tanta fe en Dios que no dudan de hacer cualquier cosa mientras cumplan su palabra – Explico con preocupación.

¿Puedes jugar conmigo? (JIHAN)Where stories live. Discover now