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Esa tarde Joshua quedó muy sorprendido y extrañado por como su nevera estaba repleta de alimentos, su mesita de noche tenía cosas extrañas y Jeonghan luego de un dulce beso, se puso un delantal de cocina para empezar a prepararle algo de comer. Luego de alimentarlo bien, el demonio tal como le había dicho, le hizo el amor con una pasión y suavidad desconocida.


Fue tan considerado e intenso que de nuevo al momento de acabar, sin energías acabo dormido con rapidez, recordando vagamente escuchar algo que ya creía no recordar. Jeonghan con dulzura le había cantado otra vez.


Al despertar, se encontró con una muy agradable fuente de calor en su espalda. Estaba medio dormido, por lo que no razono y solo se acurruco más contra esta, ronroneando al ahora sentir esa calidez rodeando su cadera.


Se dio cuenta de que eso era algo raro al ahora sentir un húmedo y cálido cosquilleo contra su nuca. Al fin intento abrir sus ojos, percibiendo cada vez mejor todo.


Esa sensación en su nuca eran los besos más dulces que había recibido en su vida, y el calor que lo hacía sentir tan confortable, venia del cuerpo del demonio que se había robado su corazón. Sintió la felicidad fluir por su cuerpo hasta traducirse en una boba sonrisa y un cálido sonrojo en sus mejillas y orejas.


- ¿Ya despertaste, conejito? – Susurro con un tono dulce, haciéndole temblar. Las manos en su cintura se deslizaron hasta su abdomen, tirándolo más cerca. Estaban haciendo cucharita. Estaba en esa posición con Jeonghan. Con el jodido demonio que despertó tantos sentimientos en su corazón.


- S-Si – No pudo evitar tartamudear. Estaba absurdamente emocionado y feliz. Volvió muy pronto luego de la última vez y le ha tratado con tanto amor. No quería ilusionarse, pero es que joder, ¿Cómo no hacerlo si se sentía tan amado?


- ¿Quieres seguir en la cama? ¿Hacer el amor? ¿Vamos a desayunar? ¿O vamos a ducharnos? – Ofreció con un tono perezoso mientras seguía repartiendo besos por los hombros de Joshua, dejando uno extra sobre los lunares que veía. El humano sentía que iba a hiperventilar, ¿Qué estaba pasando? - ¿Conejito? – Pregunto al humano no responder.


- Cállate, ¿Por qué me llamas así? – Se quejó algo avergonzado, subiendo las mantas para cubrirse mejor. Jeonghan rió contra su espalda.


- Hay tres razones. Primero, cuando pequeño tu peluche favorito era un conejo – Se apoyó en un codo para levantarse un poco y besar la oreja del menor – Segundo, nose si lo has notado, pero tus dientes se parecen a los de ellos – Dijo con ternura peinando los cabellos desordenados oscuros que resaltan sobre la almohada blanca – Y tercero, pero no menos importante, lo haremos como conejos – Complemento sus palabras al presionar su cadera contra el trasero de Joshua, quien bufo con cierta diversión.


- Vamos a desayunar – Corto ese tema, pues su cuerpo cosquilleaba cálidamente por el apodo cariñoso. Su parte racional se enojaba por sentirse tan feliz por las palabras y acciones de un demonio, pero ¿Qué importa?


- Entiendo. Vamos – Jeonghan se levantó y se colocó unos pantalones de pijama y luego lo espero en la puerta de la habitación, dándole una mirada tan cálida que Joshua, como un niño atraído por el olor de galletas recién horneadas, camino hasta llegar junto al demonio.

¿Puedes jugar conmigo? (JIHAN)Where stories live. Discover now