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Woozi volvió al hogar que tenían en el infierno, buscando relajarse y disfrutar un poco de que ahí no estaba rodeado de humanos idiotas que, si les decía algo bonito o fingía lucir débil e indefenso, estos babeaban de inmediato, con intenciones de protegerlo y adorarlo en la cama.


Cuando paso por el pasillo enorme que llevaba a las distintas habitaciones de ellos, se detuvo a ver la puerta de Jeonghan.


Los últimos tres años él no los pudo visitar, pues su humano estaba con la salud delicada al acercarse al fin de su vida. Este ya iba a ser el cuarto año.


No podía evitar sentir lastima por su hermano. Los humanos tenían vidas tan cortas, por lo que sabía que sufriría por ese detalle. Le causaba mucha intriga esa información de que Jeonghan realmente amara a un humano, pues era un demonio que en teoría no debería sentir ese tipo de cosas. ¿Sucedió al no ser creado solo por su propio poder y la retorcida esencia del infierno? Entonces la parte de ángeles que mezclo entre todo no estaba del todo borrada o contaminada.


Iba a seguir el caminando al encontrar innecesario pensar sobre eso, pero se detuvo de golpe al notar denso el aire, en donde al acercarse a dicha puerta, percibió una fuerte negatividad.


- ¿Jeonghan? – Pregunto no muy seguro, tocando con firmeza la puerta un par de veces. Logro percibir un cambio en las corrientes de aire con sus sensibles sentidos. Escucho un lastimero gemido – Hannie, voy a pasar – Aviso, entrando y quedando en el marco de la puerta al ver a uno de sus mejores amigos luciendo en su estado más patético y miserable que se podía imaginar.


Estaba revuelto entre un montón de sabanas, llorando sin parar un líquido de extraña apariencia que ensuciaba sus mejillas. Entre sus manos que ahora lucían filosas garras, rasgaba muchos objetos que invocaba con su poder, probablemente descargando su frustración y tristeza.


- ¿Desde hace cuánto estas aquí? – Pregunto algo confundido, intentando pensar en cuando fue la última vez que alguno de ellos se pasó por ese lugar.


- Hace trece jodidos días – Gruño, luego lloriqueando un poco e incinerando un objeto irreconocible entre sus manos al ya haber sido rasgado. Jihoon asintió lentamente, intentando procesar el estado en que estaba su hermano.


- ¿Quieres que le avise al resto para beber juntos? – Ofreció, a lo que el rubio de apariencia nuevamente joven, asintió entre maldiciones en distintos idiomas.


Salió de la habitación, por la que luego de dos horas volvió a entrar, pero junto a Seungkwan y Mingyu, quienes curiosos y emocionados observaban a su hermano mayor, porque no lo veían desde hace tiempo, pero que por la forma en que lucía no se acercaban.


Woozi frunció el ceño, ¿Cómo en pocas horas paso de ser un pirómano con necesidades de destruir todo, a lucir como un muerto viviente, mirando sin real atención el techo?


- Idiota, ya estamos todos así que a beber – Le dijo con cariño, bueno, su forma de expresar cariño. Jeonghan no reacciono – No me puto ignores – Se acercó para darle una patada a la cama, sacudiendo al de rubios cabellos. Este pestañeo como si despertara, mirando de reojo hacia la entrada de la habitación.

¿Puedes jugar conmigo? (JIHAN)Where stories live. Discover now