♡⃔᭮͡C u a t r o.'༘

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—Channie Hyung está resfriado.—dijo el castaño entre dientes, sabía qué significaba eso: Cuidaría de su querido Oppa. Sus ojitos se iluminaron al contraste de sus pensamientos. Acariciaría, mimaría y besaría a su Hyung por el resto del día, aunque no pudiera hacerlo constantemente estaba más que satisfecho por ello. Antes de proceder a su tierno plan, decidió prepararle un té a su mayor, en señal de que estaría ahí y cuidaría de él.

—Channie Hyung, le he preparado un té.—el nombrado alzó rápidamente su cabeza, encontrándose con un tierno y lindo bebé sosteniendo aquella taza color beige. El mayor se levantó quedando parte de su cuerpo a la orilla de la cama, el pequeño le entregó la taza de té y este prosiguió a darle un sorbo.

—Gracias por preocuparte, Jinnie bebé.—mencionó el australiano dejando la taza encima del mueble más cercano haciendo ruborizar al más pequeño.

Unos minutos después el australiano y el castaño estaban ya regocijados en una de las esquinas del edredón, Jinnie le brindaba mimos y caricias, hasta cumplidos que hacían sonreír a Channie por lo cursis que eran.

Chan, en toda la extensión de la palabra amaba a su bebé, lo protegería de toda la maldad que hay afuera.

Hyunnie se acercó a su australiano para brindarle un tierno beso en sus labios pero éste se apartó rápidamente, haciendo que los ojos del castaño se cristalizaran y bajara su dulce mirada.

El mayor al percatarse de su gran error decidió tomarle del mentón alzando así la hermosa carita del pequeño en la cual sus mejillas ya estaban tornadas a rojizas deslizando de ellas gotas de agua salada, al igual que en sus labios ya formado un tierno y triste puchero el cual Chan plantó un beso.—Estoy resfriado, no quisiera contagiarte por ello me alejé, cariño lo siento mucho.—planteó Chan volviendo a besar al castaño, pero esta vez en su mejilla.

No quería ver a su bebé llorar, mucho menos sí es por él. Se sentía aún más que culpable, incluso quería hacerlo él también, lo protegería de cualquier persona, no necesitaba que lo protegiera de él mismo.

El menor paró de llorar—L-Lo siento también, Channie Hyung.—respondió, recostando su cabeza en el hombro ajeno. Bang, pasó sus dedos por el sedoso cabello de su bebé, al igual que por toda la extensión de su linda y suave piel. Ambos terminaron durmiendo pacíficamente sosteniéndose de ambas manos.

𓏲 ࣪₊𖥻 𝚄𝙶𝙷 ♡̸꒦୭̥‧₊ Where stories live. Discover now