Capítulo 19

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Seulgi se encontraba en su habitación, estaba en introspección, recordaba las palabras quemantes de Eric, la insinuación de algún accidente a la regidora de las bestias.

Primero había sonreído recordando aquella noche cuando casi muere por asfixia en manos de Moon ByulYi, pero después de haber entrado a su recámara otro recuerdo se coló en su mente. Recordó cuando la bestia la había levantado del suelo y la había cargado por los pasillos, recordó que a pesar de querer parecer tosca Byul tomaba muchas consideraciones.

-…Aún conmigo– Se notó aquella vez, que la bestia estaba muy preocupada por no aplicar más fuerza a su cuerpo relativamente más pequeño, cómo la había tomado por la cintura, cómo su mano excitante de hacerla sentir incómoda ¿Por qué era tan endemoniadamente noble? Una persona así nunca aceptaría una aventura - Nunca aceptaría nada conmigo - pensó triste y con la conciencia remordiéndole las entrañas, con ese aroma que le seguía los talones siempre por donde iba, con ese sonrojo que le pintaba las mejillas cada vez que se daba cuenta que alguien le miraba de manera interesada. Una persona que nunca demostraba interés en los temas de amor, que nunca le había dado una segunda mirada hasta que le alzó la voz aquella vez en una de las reuniones diplomáticas, esa vez le miró directo a los ojos y desde que comenzaron sus altercados Byul nunca le confundió de nuevo el nombre.

Era torturante y patético y ahora había aceptado al feudal que si de ella dependiera ya se hubiese terminado el reinado de la bestia.

Seulgi se talló el temple y sus ojos se aguaron un poco. Se sintió un poco asfixiada y aflojándose el cuello decidió salir a caminar por los derredores.

Cuando la embajadora salió un remolino de viento le hizo querer abrigarse más, como el bullicio de la feria le molestaba decidió que el paseo sería exactamente en la dirección opuesta del tumulto y como caminaba sumergida en sus pensamientos no notó la diferencia del paisaje, estaba en alguna parte alejada donde no se había tratado el monte y la mala hierba, sin iluminación, de pronto le pareció todo muy tenebroso, giró en sus talones y comenzó a caminar de regreso, escuchó un pequeño zigzageo entre la maleza y su corazón emprendió la carrera, empezó por sentir pánico desmedido no veía por dónde regresar a la masa de paseantes y todo parecía malévolo a su alrededor.

-Hola… lindura – Una voz baja le hizo parar en seco. Cualquier cosa que fuese asemejaba a un siseo de serpiente. Seulgi decidió que lo más prudente era ignorar la voz y continuar caminando, y así lo hizo.

Caminando unos pasos el silencio se apoderó del lugar de nueva cuenta, respiró aliviada…

-Esas no son maneras de una señorita – Otra voz le hizo detenerse de nuevo.

-Díselo a quién le importe– Espetó Seulgi de manera ruda encarando a los bromistas.

-A nosotros nos importa – El que siseaba al hablar contestó mientras gestionaba a Seulgi a ver a su alrededor, cinco hombres pudo contar.

-¿Qué quieren? – Para su desgracia, el oráculo no pudo contener el nerviosismo en su voz, tenía una premonición de lo que estos hombres querían y nada podía hacer para evitarlo.

-A tí– Le contestó quien de seguro era el líder, mientras la rodeaba y la miraba lascivamente, se mojaba los labios mientras se acercaba por detrás de ella. Seulgi sintió que su cuerpo temblaba de manera incontrolable como cuando uno tiene mucho frío.

-Tranquila… Te va a gustar – Le dijo la misma persona mientras jugaba con las puntas de su cabello.

Otro miembro del grupo se adelantó a tomarle la muñeca

-¡No! – Gritó y los hombres comenzaron a reír descaradamente, todos se acercaron a ella y mientras uno le tomaba el otro brazo, otro le cogía la pierna.

La Bestia Y La Domadora [MoonSun] CompletaWhere stories live. Discover now