Capítulo 22

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Dentro de la historia hay un párrafo encerrado entre asteriscos (* *) la analogía se explica al final del capitulo.


Un grupo de seis soldados caminaban a paso tranquilo, charlando discretamente mientras eran guiados por una chica que vestía ropas oscuras, el soldado más joven le tenía sujetadas las muñecas ayudado por una fuerte soga.

-¿Qué fue eso?- gritó uno de ellos cuando un gran estruendo rompió la tranquilidad de la noche.

-¡Tú, quédate con ella!- Indicó el jefe de la parca unidad, al soldado que tenía sujetada a la chica, los demás desenfundaron sus armas mientras seguían a su líder hacia el sonido; cuando lograron avanzar unos metros se hizo presente polvo propio de las rocas cuando son pulverizadas, de inmediato todos se detuvieron al no tener visibilidad, la chica de ropas oscuras esperó hasta que el polvo le hubo alcanzado y le aplicó una llave al soldado que la restringía para poder liberarse y desaparecer de ese lugar.

Una vez que la polvareda se hubo disipado, los soldados quedaron sorprendidos al ver un gigantesco animal tirado en el pasto a tan sólo unos metros de haberse estrellado contra el palacio.

-¡Byul!- se escuchó una voz provenir de alguna parte cerca de la bestia.

-¡Su majestad!- Gritó el jefe de la cuadrilla cuando reconoció cerca del animal la figura de la reina; todos los soldados corrieron apresurados, el grifo chilló fuerte haciendo que los que estaban a su alrededor tuvieran que taparse los oídos, era más que evidente que estaba sufriendo.

Seulgi se incorporó débilmente en sus dos pies mientras sus pulmones trataban de recuperar oxigeno, cuando vio a los soldados correr al lado de su reina, los detuvo de manera determinante.

-¡Más importante!- gritó y todos la miraron confundidos- Necesito que corran al lugar que les diré como si sus vidas dependieran de ello- los soldados le observaban como a un animal extraño- Tú y tú al jardín principal, encontrarán una flor de díctamo blanco, tú- le gritó a otro de los guardias- consigue un bezoar en el establo y que sea de una vaca; tú ve por una cazuela y algo para machacar los ingredientes… ¡Rápido!- les gritó a todos, sin embargo, ninguno de ellos se movió.

-De eso depende la vida de su reina- aclaró amenazadoramente Yongsun- ¿Cuánto tiempo tenemos?- preguntó volviéndose al oráculo.

-Calculo unos veinte minutos, con mucha suerte, media hora-

-¡Ya escucharon! ¡Tienen quince minutos para regresar con los ingredientes!- les dijo Yongsun a los soldados, quienes se cuadraron cuando su reina se levantó alzando la voz, saludaron y corrieron velozmente a sus asignaturas.

-Su majestad, ¿Qué puedo hacer para ayudar?- preguntaba el jefe de los soldados, quien se había quedado sin tarea.

-Encuentra a todos los médicos del palacio y tráelos aquí con todos sus implementos- ordenó- y que sea rápido.

-Aahhha ahhha~ esto se… complicó- jadeaba sorteando ramas el conde Kyujong.

Eric caminaba sumergido en sus pensamientos, deambulaba entre las ramas del pequeño bosque por el que trataban de escapar.

"Estuve tan cerca" aún recordaba de manera vívida los aullidos de Moon, recordó que estuvo a punto de lograr su objetivo de matar a esa indigna bestia; sonrió llevándose dos dedos a sus labios, rememorando el sabor de Yongsun.

-Hey ¿Escuchaste lo que acabo de decir?- Le preguntaba Kyujong irritado.

-No- le respondió el feudal con el mismo tono de enfado, ambos se encararon enojados el uno con el otro por cómo las cosas se habían tornado.

La Bestia Y La Domadora [MoonSun] CompletaWhere stories live. Discover now