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Alai y Gia caminaban rumbo a la casa en donde aquella señora las esperaba con el almuerzo. El día era absolutamente perfecto, una suave brisa corría y el sol se alzaba en lo alto, el pueblo era un lugar tranquilo, los habitantes se habían sentido un tanto sorprendidos por la presencia de cámaras y personas corriendo de un lugar a otro, pero habían sido extremadamente amables y ofrecían sin ningún problema sus casas para filmar algunas escenas. Era verdad el tiempo parecía haberse detenido allí, alejados de todo y de todos, pero absolutamente tranquilos.

― Siempre quise aprender francés ― mencionaba Gia mientras caminaban lentamente disfrutando de la compañía.

― ¿Y porque nunca lo aprendiste? ― decía sonriente.

― Porque cuando quise aprender otro idioma preferí el italiano y después olvidé que es importante aprender más idiomas.

― Yo lo aprendí cuando tenía quince años, mamá me obligo a tomar clases por si acaso.

― No mientas ― se detuvo bruscamente obligando a Alai a hacer lo mismo y mirarla ― vamos dime algo en francés

― No, solo lo haré si es una emergencia o necesito comer algo

― Eso no es justo, me lo contaste solo por molestar pequeña mentirosa ― le decía haciéndola sonreír.

― Es muy cierto, está bien ¿Qué quieres que diga?

― No lo sé, sea lo que sea sonara extremadamente sexy así que anda.

Vous avez les plus beaux yeux du monde (Tienes los ojos más bonitos del mundo)

― Oh mierda realmente sabes francés, eso es demasiado sexy, ves podrías conquistar a cualquier chico aquí. En realidad, en cualquier parte del mundo lo harías.

― Gracias supongo ― se sonrojaba ― pero como dije antes no estoy interesada.

― Mal para la humanidad, pero vamos dime que quiere decir eso no entendí una mierda

― Tienes una boca muy sucia realmente y no, no diré que significa, deberás aprender francés

― Pan comido, he escuchado que solo necesitas estar rodeada de personas que hablen el idioma e imitarlos, pasaremos acá mucho tiempo así que lo intentare

― Suerte entendiendo lo que dicen, hablan muy rápido

― O podrías enseñarme. Claro esa es una mejor idea.

― Muévete nana Liz nos espera ― interrumpió Alai para correr hacia la casa y tocar dos veces. Una agradable anciana abrió y comenzó a conversar con Alai mientras Gia las miraba completamente confundida, vaya que debía aprender francés.

― Bonjour ― murmuraba Gia ― no se francés, estoy haciendo mi mejor esfuerzo.

― Nana esta es Gia, la otra protagonista

― ¿Habla español?

― No, pero tu si así que deberé ser una clase de interprete, eso fue lo que le dije cuando me abrió la puerta, anda pasa.

La casa era pequeña pero acogedora, tenía una pequeña chimenea cerca de la cocina y varios portarretratos decoraban las paredes, algunas fotografías en blanco y negro lograban cautivar a Gia quien se acercaba lentamente para observar mejor.

― Nana vive sola, así que está encantada de que la acompañemos

― Dile que su casa es hermosa, que me encantan las fotografías.

Las tres se sentaron en aquella pequeña mesa mientras un humeante plato de lo que parecía ser una sopa de vegetales se servía frente a ellas.

― Nana quiere saber porque tienes el cabello tan largo ― comentaba Alai.

Jardín de MargaritasWhere stories live. Discover now