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Aquella mañana era particularmente fría.

El cielo permanecía cubierto por nubes y soplaba el viento. Las grabaciones iban a continuar sin embargo Gia sentía que debía quedarse en cama. Los últimos días no había estado de ánimo y Alai tenía mucho que ver. No es que haya cambiado algo entre ellas solo que cada vez sentía aquella necesidad de abrazarla, de estar a su lado y depender demasiado de aquellas sensaciones no era bueno.

No al menos para Gia que siempre había tenido una idea muy clara de lo que era "enamorarse" de alguien y aquello no se parecía en nada a lo que había experimentado al lado de Sam. Nunca se sintió demasiado apegada, claro que había momentos en los que ansiaba tenerla a su lado, pero jamás algo tan intenso y eso, eso sí asustaba.

La inminente escena del primer beso entre los personajes principales estaba a la vuelta de la esquina y Gia continuaba pensando en cómo demonios iba a sobrevivir aquel día.

― Me gusta el rosado ― decía Alai desde su cama mostrándole a Gia el diseño que había encontrado en esa vieja revista ― amo los vestidos, pero mamá suele decir que muestro demasiado.

― Te quedaría perfecto pequeña ― murmuro Gia fijando su mirada sobre ella.

Alai al despertar era absolutamente perfecta, como demonios podía verse tan bien, era imposible, pero lo hacía. Su cabello no era un desastre y sus ojos mostraban un pequeño brillo que a Gia le hacía imposible resistirse.

― Hoy debo grabar con Nate todo el día ¿Qué harás tú? ― preguntaba Alai saliendo finalmente de su cama.

― Grabar un par de escenas más y bueno ayudar a Jean con algunas cosas.

― Suerte con eso ― le sonrió ― parece que hoy no nos veremos así que espero que todo salga bien, nos vemos en la noche.

Bueno al menos tendría un par de horas para ella, pensaba Gia finalmente saliendo de la cama.

El resto de la mañana paso sin novedades. Gia terminó sus escenas y volvió al hotel junto a Tony quien claro había notado que algo pasaba.

― Odio verte así, sabes estamos en un lugar hermoso deja de pensar el ella

― No he pensado en Sam ― protesto de inmediato

― Hablo de Alai ― se sentaron en uno de los sofás que había en la recepción ― es hetero, cien por ciento al menos mi radar no se activa con ella.

― Lo sé es horrible... terrible, no sé porque tengo que fijarme en chicas hetero, moriré sola Tony ya lo he aceptado.

― En fin, dramática pasa de página. Mira esa chica allí ― señalo a una mujer que claramente se veía mayo a Gia. Llevaba un elegante vestido negro ajustado a su figura, el cabello suelto y sonreía ampliamente a la recepcionista.

― Es muy hermosa ― acepto rápidamente.

― Y coquetea descaradamente, ve invítale un trago.

― ¿Estás loco? Me pondré en ridículo, de seguro tu radar falla, no lo haré.

― Ve, te juro que estoy 99% seguro, bueno quizás no tanto, pero ve ― murmuro levantándola del sillón y casi empujándola a donde se encontraba aquella mujer

Gia sentía que se desmayaría. Se pondría en ridículo y mataría a Tony, se aclaró la garganta y la mujer giro para observarla

― Hey ― dijo torpemente ― bienvenida. No te había visto por el hotel.

― Marie un gusto ― extendió su mano ― yo tampoco a ti. Acabo de llegar y esta amable recepcionista me estaba explicando todo lo que tiene el hotel.

Jardín de MargaritasWhere stories live. Discover now