19

5.5K 514 27
                                    

Alai y Gia habían llegado a la fiesta justo para poder disfrutar del banquete que Jean había preparado. Comida y bebida para todos había dicho.

Alai caminó hacia la amplia mesa llena de bocaditos y sonrió observando a su alrededor, todos estaban increíblemente felices, dos meses lejos de la comodidad de su departamento, de la estricta vigilancia de su madre, de los pensamientos pesimistas respecto a su carrera y de la continua sensación de querer más y no obtenerlo habían logrado replantearse ciertas actitudes, ciertos pensamientos y ciertas maneras de ver la vida. Claro que al inicio había pensado en que estaba cometiendo una equivocación al aceptar un papel que claramente iba en contra de lo que siempre había creído, sin embargo, había aprendido mucho respecto a la aceptación y al respeto, aquel viaje había cambiado su vida para siempre de eso estaba completamente segura.

Tomó un poco de aquí de por allá y lleno aquel plato de bocaditos, sonrió al ver a Vanessa y Nate bailar animadamente, ambos reían y saltaban disfrutando de la música, también vio a Jean completamente eufórica abrazando a cada miembro del equipo, pero rápidamente su mirada se posó sobre Gia quien sonreía abrazando al fotógrafo.

Besarla había sido un punto y aparte, claro que lo había disfrutado, había sentido algo más, quizás era demasiado intenso para explicarlo, pero en ese momento no quería pensar siquiera en las repercusiones de haberla besado.

― Búscame al llegar a Los Ángeles, realmente creo que serias la indicada para la campaña de ropa que tratamos de lanzar en un mes ― comentaba el fotógrafo.

― Lo tendré en cuenta Richard ― asintió ― muchas gracias por la oportunidad.

― A ti querida ― la abrazó.

Gia se despidió y rápidamente encontró a Alai observándola. Sonrió de inmediato y camino hacia ella.

― Hey tu ― sonrió ― veo que encontraste los bocaditos ― decía tomando un par ― delicioso.

― Pues si ― susurro manteniendo la sonrisa en su rostro.

― ¿Todo bien? ― pregunto rápidamente al notar que Alai solo la observaba.

― Si, solo te observo ― se encogió de hombros.

― Es intimidante ― se reía disfrutando de un par de bocaditos más.

― ¿Por? ― se reía ― tu mirada es intimidante tus ojos son absolutamente hermosos siento como si miraras a través de mi alma.

― Eso es muy cursi ― sonrió acercándose a la chica ― solo siento que algo pasa por tu cabeza y tratas de descifrarlo mirándome.

― Un tanto si, pero también disfruto hacerlo.

La fiesta continuó hasta horas de la mañana, vaya había sido un buen festejo, mientras varias personas comenzaban a retirarse a sus habitaciones Alai permanecía sentada sobre las piernas de Gia bastante agotada, mantenía su rostro cerca del cuello de la chica y respiraba pausadamente.

― Anda, estas agotada iremos a la habitación.

― Si apenas bailamos ― murmuraba logrando haciéndola sonreír.

― Bailamos toda la noche, casi rompes una mesa junto a Nate y de hecho rompiste tres vasos pequeña así que es hora de descansar.

― Aburrida ― murmuro sintiendo como Gia se levantaba y colocaba su mano en su cintura ayudándola a mantener el equilibrio.

Cuando finalmente logró dejarla en su cama Gia suspiro, se sentó al filo de su cama y la observo dormir plácidamente, la había visto divertirse toda la noche, bailar, cantar y beber un par de tragos, la había visto completamente feliz y eso llenaba su corazón.

Jardín de MargaritasWhere stories live. Discover now