Capítulo 1

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Harry Styles era un maldito desgraciado, los miembros de la cárcel, familiares y amigos los sabían. Harry no tenía límites, ni menos perdía tiempo en palabras, si había algo que le molestaba, iba y lo enfrentaba, esa era la ley, ley de la cárcel.

Trafico de drogas, una de las causales expuestas en su expediente, la misma causal que lo llevó a la reclusión misma. Dos malditos años privado de libertad, dos años viviendo con un conjunto de bestias salvajes. No se consideraba una criatura inocente, pero había casos peores, casos extremos, delitos impronunciables e imagínales. Al menos eso lo confortaba, no se sentía en la basura absoluta.

— Levántate Styles, tienes visita. —La voz pesada del gendarme se hizo presente acompañada de unos golpeas a los barrotes de la celda.

— Si es el hijo de puta de mi padre, dile que se vaya a la mierda. —Harry se acomodó sobre aquel incómodo colchón, o más bien sobre los fierros de la vieja litera.

— No soy tu maldito perro así que levántate, es una orden.

La mandíbula de Harry se apretó con un gesto amargo. Sus manos se comprimieron sobre la ropa de cama y su rostro se volvió duro y tenso. Rugiendo como bestia, se puso rápidamente de pie golpeando con sus botas desgastadas aquel suelo desnivelado. Con su cuerpo completamente erguido y tenso se acercó al gendarme permitiendo que de mala gana esposara sus magulladas manos.

— No me gusta que me den órdenes. —Gruñó entre dientes antes de comenzar a caminar a lo largo de aquel oscuro y frío pasillo.

— No queremos peleas Styles, compórtate aunque sea la última semana que te queda en este lugar. —El gendarme abrió la puerta que los separaba de los delincuentes y sus respectivas visitas.

— No te aseguro nada. —Con una sonrisa casi diabólica entre sus carnosos y resecos labios, caminó hacia el hombre que permanecía sentado con una carpeta encima de la antigua mesa.

— Pensé que no vendrías. —El hombre de unos 32 años de edad levantó la cabeza dejando ver su piel morena.

— No lo habría hecho si estos hijos de puta no me obligaran. —Harry se dejó caer bruscamente sobre el asiento estirando sus largas piernas por debajo de la mesa.

El hombre frente a él asintió con un resoplo.

— ¿Cómo te ha ido esta semana? ¿No has hecho ningún desmadre, cierto?

Harry se quedó mirándolo fijamente con esos ojos verdes turbios y penetrantes. Prontamente una risa casi espeluznante emergió de lo más profundo de su garganta.

— ¿Crees que la cárcel es de color de rosas o qué mierda? Aquí sobrevives como puedes, peleas por tu comida, rasguñas por tu propio espacio, no hay tiempo para la serenidad. Desconectó los ojos del hombre y colocó su atención sobre sus lesionados nudillos. — ¿Ves esto? —Levantó su mano. —Es la prueba de la paliza que le di a un imbécil que se quiso pasar de listo.

El hombre frente a él tragó con dureza, sabía que el convicto no mentía, lo conocía de años, llevaba trabajando para su familia lo suficiente como para saber que la mente algo perturbada de Harry podía sacar lo peor de su personalidad. Tomando una fuerte respiración, el hombre se aclaró la garganta.

— Solo cuídate, te quedan solo uno par de días en este lugar, un mal golpes que proporciones puede quitarte esa libertad.

Harry rodó los ojos con pesadez mientras su barbilla cuadrada se volvía más tensa de lo normal.

— Tu padre pagó millones de dólares para que te soltaran Harry, no pierdas esta oportunidad. — Arthur masculló con los ojos muy atentos a su alrededor, nadie podía saber sobre la corrupción que acaecía por debajo de las leyes.

PALOMITO [LARRY STYLINSON]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن