Capítulo 2

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Liberta, una palabra que Harry jamás pensó que le arrebatarían, un alma como la de él, tan suelta, tan libre como un pájaro, jamás imaginó que se le escurriría de las manos, pero ahora ahí estaba la libertad, volviendo de apoco a su cuerpo.

— Esperamos no volverte a ver por aquí, Styles. —El gendarme quitó la última hoja firmada por el convicto a cambio de su preciada libertad.

— Jamás volveré. —Aseguró guardando las manos dentro de su chaqueta, por fin después de dos malditos años volvía a tener su ropa limpia, pero el olor desagradable seguía impregnado en su piel. Una larga ducha es lo que necesitaba.

— Es hora de partir señor Styles. —Uno de los gorilas que su padre había contratado como seguridad le indicó desde la puerta.

— Vamos. —Afirmó, conllevando que un conjunto de gorilas de la misma especie lo rodearan escoltándolo fuera de prisión. Tan pronto el sol golpeó su piel y el aire fresco se filtró por sus anchas fosas nasales, supo que la libertad había vuelto a él, por fin la podía sentir y respirar. Con una sonrisa, miró por un breve segundo el lugar que lo rodeaba, alrededor de seis vehículos negros y polarizados aparcaban a su espera, al menos su padre había hecho un buen trabajo esta vez.

— Por aquí señor. —Indicó uno de los gorilas guiándolo hacia uno de los carros. Con rapidez movió sus piernas hasta llegar al lugar, sabía que era peligroso exponerse. Tan pronto le abrieron la puerta, se metió con rapidez en el vehículo sentándose en el cómodo asiento de cuero.

— Por fin, maldita sea. —Harry proclamó relajando su cuerpo sobre el asiento, por fin tenía lo que había estado anhelando tanto tiempo. Con una sonrisa, miró al costado del asiento notando la extraña carpeta azul que esperaba por él. Frunciendo el ceño, la tomó entre sus manos y abriéndola, enfocó sus orbes sobe la información contenida.

- Nombre: Louis William Tomlinson.

- Edad: 24 años.

Una sonrisa amplia reapareció entre sus gruesos labios cuando miró la hermosa fotografía de la criatura que había llamado su atención por dos años.

— Señor Styles, es un gusto volver a verlo. —La repentina voz conocida de un hombre lo interrumpió. Con el ceño fruncido, Harry cerró la carpeta de golpe mirando a su chofer.

— Albert. —Reconoció dándole un asentimiento con la cabeza.

— Me gustaría saber a dónde quiere que lo lleve, probablemente a su casa pero prefiero consultarlo con usted primero.

Harry guardó silencio razonando la información, su casa era la mejor opción en ese instante, tenía hambre y necesitaba con urgencias la ducha, pero tan pronto volvió a su cabeza el motivo de su situación, la rabia lo consumió hasta los huevos. No iba a ir casa, no hasta que aquel hombre pagase.

— Vamos a la casa de mi padre.

El viaje que transcurrió por delante fue más largo de lo que recordaba, al menos tuvo la posibilidad de volver a mirar aquellos lugares que pareció haber olvidado. Con un profundo respiro, Harry apretó sus manos cuando la casona de lujo de su padre llenó su visión. Dos años malditos viviendo en la inmundicia y su padre disfrutando de las riquezas.

Gruñendo bárbaramente, Harry bajó del vehículo y caminando con rapidez hacia la casona, se entró en ella sin anunciación alguna.

— Se... señor Styles. —Una de las mucamas de su padre se interpuso en su camino mirándolo con el rostro espantado.

— ¿Dónde está mi padre? —Exigió mirándola con unos ojos oscuros llenos de rabia.

— Es... está en su oficina. —La mujer titubeó con su cuerpo temblando.

PALOMITO [LARRY STYLINSON]Where stories live. Discover now