Capítulo 12

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Las húmedas y grandes manos de Harry se posaban entre la fía pared de la ducha y la pequeña cintura de su pareja, que se movía hacia atrás con un ritmo frenético en su búsqueda de obtener mucho más placer de aquella dura longitud que se abría paso dentro de él golpeando y acariciando sus músculos sensibles.

— ¡Ahh! —El agudo gemido arrancó de la garganta del ojizafiro y su cabeza fue inclinada sobre el húmedo hombro de Harry.

— Mmh. —Harry lamió y mordió la piel expuesta de su pareja, sus caderas se movían a un ritmo frenético provocando un vulgar pero magnífico sonido de por medio. —Vamos amor, córrete para mí. —Respirando con dificultad, le mordió el lóbulo de la oreja, cada penetración se hacía más rápida y profunda.

Un largo y placentero sonido arrancó de la boca de Louis y Harry observó como las tiras de semen abandonaron la punta de su glande. Sosteniéndolo con sus dos manos, lo penetró rápidamente en su ascenso hacia el placer.

— ¡Oh... maldición! —Sintiendo las paredes anales apretar su madurez, un fuerte gruñido arrancó de su boca antes de correrse sin advertencia dentro de Louis. Oyéndolo quejarse complacido, sacudió un par de veces más sus caderas hasta sentir la última gota de su esencia esparramarse dentro de él.

Con una sonrisa satisfecha entre sus hinchados labios, Harry besó el cuello de su pareja.

—¿Estás bien?

Louis abrió lentamente sus ojos y le sonrió.

— No hay forma de que esté mal. —Enredando los dedos dentro de su cabello, Louis lo jaló por un beso apasionado, ambos acababan de darse placer, pero seguían devorándose como bestias hambrientas; lenguas y salvias mezclándose vulgarmente. Disfrutando del caluroso momento, Harry bajó su mano por los muslos separados de su palomito e inclinando las caderas hacia atrás, abandonó lentamente su interior. Un pequeño gemido abandonó de los tibios labios de Louis cuando los dedos de su amante encontraron su entrada cubierta de venir.

— Heey, no hagas eso. —Dándole un manotazo, Louis intentó quitar la mano de Harry que esparcía su venir a lo largo de sus muslos.

— Me gusta verte lleno de mí. —Enterrando su rostro en el cuello de Louis, esparció suaves besos por la zona.

— Eres muy sucio. —Quitando la mano, Louis se giró para enfrentarlo con sus pómulos enrojecidos y labios hinchados. Se veía magnífico.

— Pero te encanto. —Brindándole un guiño, besó castamente sus labios mientras que sus dos manos se posaban sobre la curva de su espalda.

— Quiero que te quedes conmigo hoy. —Louis hizo un pequeño puchero que encendió nuevamente la culpa dentro de Harry, la maldita culpa de romper su promesa.

— Lo siento, realmente tengo que hacer estos trámites.

— Lo sé, cuando termines me llamas ¿sí?

— Lo haré. —Afirmó uniendo nuevamente sus labios, no necesitaba que hablaran más del tema, la culpa era demasiada, lo había seguido toda la noche. Estaba jodido.

Estacionando su vehículo una hora más tarde frente al edificio de Louis, Harry aspiró hondo, todo en su interior gritaba que no lo dejara ir, que se mantuviera a su lado y no rompiera la promesa que le había hecho esa terrible noche, pero no podía necesitaba mantenerlo a salvo.

— Nos vemos más tarde. —Louis tomó su mochila e inclinándose sobre la consola, ahuecó su rostro atrayéndolo por un suave beso.

— Nos vemos más tarde. —Repitió mientras le acariciaba sus destacados pómulos con el pulgar.

PALOMITO [LARRY STYLINSON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora