Harry Evans El Mago Gris [Terminada]

capítulo 35

Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Solo nos pertenecen los OC.

Comenzamos la adaptación de «El Misterio del Príncipe», esperamos que les guste.

35: En el Callejón.

Harry no tuvo vacaciones, tuvo que asistir a un examen en la Academia de Auror para probarse como aspirante, logrando superar los exámenes de encantamientos, pociones, herbología, transformaciones y defensa, con magnificas calificaciones. Aunque no fue todo dado en un segundo y se vio obligado a dividir su tiempo entre la pronta entrada a Hogwarts para su sexto curso, su tiempo en la academia y a leer El Profeta, así como El Guardián, el cual era el periódico Muggle y ciertamente no le agradaba lo que leía en ninguna de las dos versiones: asesinatos de familias completas, un puente desplomándose, etc. Para los Muggle eran accidentes, por el contrario los magos podían sentir la magia implicada en los accidentes, pero no los inocentes Muggle, quienes lo tomaban como simples coincidencias desastrosas, pero solo el Ministro de Magia y la Orden del Fénix entendían que esto era obra de una magia oscura arcana, por ello se mandó a varios escuadrones de Aurores a los confines del mundo, en busca de pistas de qué clase de magia podría estar ocasionando esto y quizás encontrar como contrarrestarlo.

Harry Evans visitó el Callejón Diagon vistiendo su uniforme de Auror, las personas lo reconocieron y lo saludaron cordialmente, mientras que él compraba los libros del año presente, siendo (como siempre) acompañado por su madre.

-Se sabe que han destruido el anillo de Sorvoro Gaunt, el diario de Tom, la diadema de Ravenclaw y el guadapero de Slytherin -dijo Lily, Harry le miró sorprendido y lamentó que una reliquia de un antepasado suyo como Salazar a quien él le debía tanto, fuera destruida solo porque un idiota decidió usarla para preservar su vida -Me lo dijo Dumbledore. En la mañana llegó una carta para ti. Lamento no habértela dado antes -sonrió nerviosa -Lo olvidé -Harry negó con la cabeza, mientras que también le sonreía a su madre, para despues agarrar la carta: era un aviso de Dumbledore de que habían destruido 2 Horrocruxes más, gracias a la ayuda de los Aurores y la Orden del Fénix.

-Ya veo -dijo Harry, mientras que Kira, Esmeralda y Nix se mostraban inquietas -Compremos los libros rápido, algo no está bien en el callejón -ante tales palabras, su madre se mostró preocupada, ambos sacaron sus varitas y buscaron con la mirada.

- "Revelio" -susurró Lily pero la luz dorada no mostró que nada estuviera fuera de su lugar.

Harry agarró ambas varitas y suspiró.

-Maestro, ¿esta es una buena idea? -preguntó Esmeralda.

-No hay ideas que buenas, ni tampoco las hay que sean malas -dijo él en Pársel.

-Esto no puede ser bueno -se dijo Nix.

- "Fusionem" -susurró él, combinando sus varitas, haciendo que la nueva varita adquiriera una empuñadura cuadrada normal, pero el resto del cuerpo de la varita, recordaba a la cadena del ADN -Revelio Maximus -una esfera de luz dorada se formó luego de que Harry hiciera el movimiento de mano, la esfera de luz rodeo a todos los magos, sorprendiéndolos, mientras que todos buscaban aquello que el propio Harry Potter-Evans quería ver, encontrándose con que una de las Mortífagos más peligrosos: Walden Macnair, especializado en Criaturas Mágicas. Estaba en el callejón Diagon, tras realizar compras de un par de huevos de dragones en el Callejón Knockturn, intentó permanecer oculto con una transformación Animaga. Al verse descubierto sacó su varita en busca de atacar, pero eran demasiados magos, sin descontar al propio Harry Evans y a su madre, el hombre gruñó y dejó caer su varita, en símbolo de rendición. Pero Harry no se fiaba así que atacó -Incarcerous -fue atado por las cuerdas, sin oponer mayor resistencia, mientras que una pareja de magos alertas, rápidamente llegaron hasta él y se ofrecieron a llevarlo ante el Ministerio y que se encargaran de enviar a Azkaban, cosa que Harry agradeció, mientras que madre e hijo continuaban la búsqueda de sus libros, mientras que el Mortífago gritaba. Harry sonrío, el entrenamiento funcionaba de mil maravillas, en eso, apareció una lechuza con algo en su pata y se acercó a Harry, quien desamarró el pergamino y agarró el collar, para despues leer la nota.