Capítulo Diez

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CAPÍTULO 10

(Seis meses atrás)

El primer episodio:

Draco primero abre los ojos de golpe y luego agita las pestañas lentamente. La luz del techo le llegaba directamente sobre el rostro, lo que causaba que cada vez que sus párpados se levantaran lo atacase un intenso dolor de cabeza alojado principalmente en la parte frontal.

Su boca estaba seca y el frío se extendía por todo el largo de su espina dorsal.

Conforme se va acostumbrando a la luz, sus dedos se deslizan curiosos intentando averiguar donde se encontraba y casi al instante distingue la alfombra. Estaba en el suelo, entre la cama y una butaca en la que usualmente leía.

No sabía qué hacía ahí realmente. Frunce el ceño y pone de su esfuerzo para hacer memoria por unos buenos minutos hasta que los recuerdos comienzan a reunirse de a poco en su cabeza.

Recordaba que había llegado de San Mungo demasiado tarde como para tener ganas de cenar al menos, así que se estaba por vestir con el pijama cuando sintió que el mundo daba infinitas vueltas alrededor suyo. Había querido alcanzar su varita o al menos el borde de la cama para afirmarse, pero todo se volvió borroso y cuando quiso dar un paso ya era todo negro.

Confundido, se incorpora lentamente, como temiendo que el mundo volviese a girar y cuando finalmente está de pie se lleva una mano a la cabeza como acto reflejo, como si así el dolor se pudiese disipar.

Se sienta sobre la cama y conjura un tempus que le indica que eran exactamente las seis de la mañana.

Maldice y como aún estaba con la ropa del día anterior, comienza a desabrochar los botones de su camisa para así poder recostarse unas horas antes de ir a trabajar.

Draco ni siquiera tiene tiempo para pensar en las posibles causas de la pérdida de conciencia repentina, cuando escucha el sonido de la aparición en su habitación.

Harry Potter con el cabello despeinado, la chaqueta del traje de auror abierta, desgarrada y quemada, de pronto estaba frente a él.

—¡Buenos días! –exclama el pelinegro con el dibujo de una sonrisa en el rostro. Draco sube la vista hacia él. Mirándolo con más detenimiento puede ver sangre que corría por un lado de su cabeza y la horrible quemadura en un brazo. —¿Ya te vas al trabajo o vienes llegando? –agrega, como quien llega de la tienda de enfrente.

Draco lo mira pasmado y por un minuto piensa que se estaba imaginando todo el asunto, pero Harry camina hasta él y deja un tierno beso en sus labios.

—Literalmente, acabamos de terminar con una misión. Hace como dos minutos–explica lo que el rubio estaba a punto de cuestionar.. Draco agita su varita para atraer una poción para quemaduras hasta él—Tráfico de dragones.

—¿Y los dragones te quemaron el cerebro, Potter? ¿Por qué no fuiste directamente a San Mungo? –El antiguo Slytherin, con el insistente dolor de cabeza, suspira molesto y resignado a partes iguales, ya acostumbrado a las improvisadas ideas de Harry y reuniendo fuerzas, comienza a examinar la quemadura del brazo.

—Para allá voy. –responde, haciendo una mueca cuando Draco desinfecta la herida con un movimiento de varita.

—¿Y qué te frena? ¿Sabes lo peligroso que podría ser ese golpe en la cabeza? –apunta hacia la cabeza del moreno que ya había dejado de sangrar.

Harry rueda los ojos y el desgraciado suspira como si él le estuviese reclamando por nada.

—Me dirás que soy un cursi, pero quería alcanzar a decirte buenos días antes de que te fueras al trabajo...–confiesa, quitándose la camisa raída. —Llevo dos semanas fuera, por si no lo recuerdas.

Sempiterno | Drarry.HarcoWhere stories live. Discover now