Capítulo Doce

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Capítulo Doce

La intensa oscuridad en la habitación logra hacer que se sienta perdido, aun cuando sabe perfectamente que se encuentra recostado sobre la cama de su cuarto.

Lleva horas intentando conciliar el sueño, pero finalmente se convence de que no lo logrará y que tampoco valdrá la pena.

Se siente inquieto y asustado, y no sabe si la tormenta que azota con fuerza los cristales de su ventana lo tranquiliza o aumenta sus nervios porque podría tratarse de un mal presagio.

Se pregunta por milésima vez si la decisión que estaba por tomar era la correcta, sin embargo, un pero después de cada le asalta y teme que tarde o temprano se encuentre diciéndose que no, porque si lo hace entonces no queda nada. Solo esperar.

Se envuelve todavía más con las sábanas y suspira. Las horas pasan lento pero de todas formas se sorprende cuando el despertador suena, recordándole más que nunca que todo era real.

***

Harry se siente muchísimo mejor al ver a Ron y a Hermione en San Mungo cuando ingresa a la sala de espera. Por un segundo, desea tener nuevamente once años para correr hacia ellos, pasar los brazos por sobre los hombros de ambos y abrazarlos sólo porque sí, pero se contiene y se limita a caminar hacia ellos.

Hermione le regala una pequeña sonrisa para animarlo y Ron le da dos palmaditas en su espalda cuando ya está suficientemente cerca.

—Todo saldrá bien, Harry.

—Narcissa está adentro, con Draco. –le informa Hermione. —También Dimitri.

Harry se estremece al oír el nombre del chico pero intenta alejar todo sentimiento de arrepentimiento de su ser.

—Estaremos contigo, Harry. –le dice Ron antes de apretar su hombro.

Harry asiente. Lo sabe. Siempre están con él en las buenas y en las malas. Estuvieron con él cuando emprendió camino en busca de los horrocruxes y están con él ahora que a Draco le dejan sin ni un sentimiento. Con vida.

***

Draco sube por las escaleras nada más entran a la casa. Anuncia que va a vestirse algo más cómodo y no le dedica mirada alguna.

Harry lleva cuatro días viéndolo a unos ojos grises desprovistos de luz, los mismos ojos que ha visto por años pero vacíos, como si se tratase de un muñeco.

En cuanto Dimitri Melnikov rompió la maldición, a Draco sólo le bastaron un par de minutos para despertar, lo suficiente para que el ruso le recordara a Harry que estaba la posibilidad de que volviese a predominar la maldición, porque la Marca Tenebrosa en su tiempo se aceptó con voluntad y eso hacía más potente la magia negra.

Harry había asentido sin ganas y había quitado la vista del hombre para mirar a Draco, a quien encuentra en el momento exacto en que empieza a parpadear. En cuanto el pelinegro lo ve, su primer impulso fue de correr a abrazarlo pero no quiere hacerle daño. Su cuerpo probablemente seguía delicado.

Narcissa fue la primera en hablar y Draco la saludó como si acabara de despertar de una siesta. Harry entonces se atrevió a susurrar su nombre y en cuanto le mira sabe que nunca más será el mismo. Después de un insípido saludo, le pidió que llamase a un medimago para evaluarlo. Cuando la revisión acabó, Draco se mantuvo callado, mirándolos a ambos, pero sin hacer ni un comentario. Su mirada fue más bien sugerente, como si se preguntara por qué no se iban si el medimago ya les había advertido que estaba lo suficientemente bien para volver a casa en cuatro días.

Sempiterno | Drarry.HarcoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang