Capítulo 59.

4.9K 241 43
                                    

Veronica Reed

Sabía que los chicos estaban de vuelta porque Elizabeth había vuelto del trabajo, se había duchado y había vuelto a salir rápidamente para ir al encuentro con Zayn ese viernes por la noche. Me había invitado a acompañarlos por educación pero evidentemente me negué. Ella necesitaba pasar unas horas a solas con su chico y más aún después de lo mal que lo había pasado durante las últimas semanas con todo el tema de su madre.

Decidí quedarme en el sofá, buscando algo interesante que ver en la televisión antes de pedir algo de comida basura para cenar. Pero para mi desgracia, o no había nada en condiciones o mi cabeza estaba en otra parte, dándole vueltas al mismo tema desde que supe que habían regresado a Londres.

Un pequeño pitido me avisó de que me acababa de llegar un mensaje de WhatsApp, haciéndome salir de mi burbuja momentánea. Alcancé el teléfono que se encontraba en la pequeña mesita que tenía en el salón, justo delante del sofá donde me encontraba. Dibujé el patrón de desbloqueo y abrí la aplicación para encontrarme con un mensaje de la persona que tan confundida y enamorada me tenía.

"¡Hola Ron! Hemos adelantado el viaje de vuelta y, bueno, supongo que sabrás que ya estamos en la ciudad. Estoy en casa y había pensado si te apetecía acercarte a cenar conmigo o si quieres, puedo ir yo a tu apartamento, invito yo. Por favor, Ron, necesito verte y tenemos mucho de que hablar. Creo que lo mejor sería aclarar esta situación cuanto antes..."

Se despedía con un icono mandando un beso y resoplé mirando al techo. En realidad, tenía razón. La situación era insostenible. Yo no podía seguir así. Necesitaba saber si quizás el podría sentir algo por mí o si por el contrario nunca podría ser más que una amiga para él y así, poner todo mi empeño en sacarlo de mi cabeza. Medité unos segundos su propuesta y, tras decidir mi respuesta, me dispuse a contestarle.


Zayn Malik

Estaba terminando de echarme un poco de colonia cuando sonó el timbre. Ahí está mi chica —pensé inmediatamente.

— ¡VOY! —grité como de costumbre y me apresuré a llegar hasta la puerta.

Abrí para encontrarme con los preciosos ojos marrones de mi novia. Nuestras sonrisas se ensancharon prácticamente a la vez y se tiró a mis brazos. La agarré por la cintura, abrazándola y haciéndola entrar en mi casa mientras la levantaba un poco sobre el suelo. Cerré la puerta con la mano que tenía libre y nada más dejar que pisara de nuevo el suelo, nuestros labios hicieron contacto.

—Necesitaba uno de estos urgentemente —susurré cuando nos separamos para tomar un poco de aire.

—Tendrás todos los que quieras hasta que vuelvas a marcharte —contestó tras dejar otro pequeño beso.

—Habrá que aumentar la dosis para que luego pueda llevarme una reserva —ambos reímos.

— ¿Qué hay para cenar?

—Sabes que no sé cocinar así que... ¡He pedido comida china! —exclamé haciéndola reír.

—Eres un completo desastre como ama de casa.

—Mi apartamento necesita presencia femenina —la abracé desde atrás, dirigiéndonos al salón.

—Eso suena a indirecta, Malik.

—Lo es —besé su mejilla y nos sentamos en el sofá.

Estuvimos un rato hablando hasta que llegó la cena. Fui a pagar al repartidor y compartimos la comida sentados en el salón, con la tele de fondo.

Our Little Secret #BEAwards2016 #GBAwards2016Where stories live. Discover now