Extra 2

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14 de febrero de 2022

Ese día había despertado triste sin una razón aparente. Lo primero que hizo al abrir sus ojos fue mirar a su lado izquierdo, buscando a alguien, y su corazón se encogió al darse cuenta de que estaba sola. Observó la habitación atentamente, no sabía dónde estaba pero le resultaba conocida; sabía que se encontraba en el lugar adecuado y eso era suficiente para ella. Suspiró levemente y sus ojos se llenaron de lágrimas. Le dolía la espalda (específicamente, la parte baja), el cuello, las articulaciones; quería levantarse y caminar, sin embargo, su subconsciente le susurraba que no sería capaz de hacerlo y todo sería peor, y ella le daba la razón.

Miró la puerta atentamente, por un momento imaginó que una chica de cabello y ojos oscuros la abriría para sonreírle ampliamente mientras exclamaba: «¡He vuelto, mi Julia! No sabes cuánto te extrañé. Te amo». Julia, Julia, Julia. Era ese su nombre, ¿no? Sí, sentía que así era aunque no lo recordara. Y esa chica, ¿quién sería? No pudo evitar que su corazón se acelerara imaginando eso y fue una sensación espléndida. Já, se estaba volviendo un poco loca.

Antes de poder pensar en algo más, alguien tocó un par de veces y, sin esperar una respuesta, un joven asomó su cabeza y sonrió un poco.

—Buenos días, señora Julia. —Correcto, ése sí era su nombre—. Me llamo Alejandro Vera, ¿puedo pasar? —Aunque no tenía ganas de ver a nadie, asintió por pura curiosidad—. Me comentaron que últimamente tiene muchos dolores y le cuesta levantarse, ¿quiere que la ayude? Podemos desayunar lo que le plazca, salir al patio a tomar un poco de sol, puede jugar con el perro que está en la casa cuidándola día y noche,... Lo dejo a su elección.

Sentía que estaba teniendo un pequeño déjà vu, como si esa fuera su rutina diaria... Movió la cabeza inquieta, qué locuras estaba pensando aquel día. Consideró la propuesta un par de minutos, hasta que decidió que de verdad no tenía ganas de nada.

—¿Podrías ayudarme a llegar al baño? Necesito cepillarme y hacer mis necesidades —comentó avergonzada.

—Por supuesto, no se preocupe.

El joven («Alejandro, Julia. Te dijo que se llama Alejandro», se reprendió mentalmente la peliblanca) terminó de entrar al cuarto sin quitar su sonrisa. Era más o menos alto (aunque a ella todo el mundo le parecía alto), de cabello negro y unos ojos color agua escondidos detrás de unas gafas cuadradas; no era atractivo, sin embargo, su sonrisa era contagiosa y era muy tierno. La levantó de la cama sin mucho problema y la sentó en una silla de ruedas, fueron al baño donde Julia intentó cepillarse pero, al ver que le estaba costando mucho, el pelinegro la ayudó sin prestar atención a sus quejas; después (y totalmente en contra de la voluntad de Julia, aun cuando ella sabía que no había de otra), le quitó la pijama y la sentó en una silla bajo la regadera para bañarla.

—¿Le gustaría desayunar en la cocina o en el patio? —preguntó Alejandro cuando volvieron a la habitación.

—Ni una ni otra. —Jugó con sus manos—. Quiero comer aquí, no tengo ganas de hacer más, ¿podría ser? —Lo miró suplicante y él le brindó una sonrisa conciliadora.

La llevó hasta la ventana, la cual abrió para que el lugar se aireara y Julia pudiese observar el exterior; acarició levemente su brazo antes de irse a la cocina a buscar el desayuno. Julia se revolvió incómoda en la silla cuando se quedó sola, no le gustaba eso, ¿por qué era así?, ¿por qué la trataban de esa forma?, ¿por qué no podía hacer las cosas por sí misma?

Miró hacia afuera, vio a los carros pasar, a las aves volar. Todo seguía su curso normal, y ella... Ella estaba encerrada en cuatro paredes. El trino de los pájaros le daba cierta tranquilidad, sabía que siempre le había gustado ese sonido y la música. ¡Eso era! Necesitaba música para distraerse un poco. Observó otra vez el lugar hasta que sus ojos se posaron en un equipo de sonido. Con las manos temblorosas empujó las ruedas de su silla para ir moviéndose poco a poco para llegar a su destino; «¿ahora qué, Julia?», se preguntó un poco preocupada.

Un minuto másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora