• 21; Bienvenido, Scorpius.

17K 1.9K 637
                                    

La operación era delicada así que nadie (ni siquiera Harry) tuvo el privilegio de poder estar presente en el parto.

A diferencia de la última vez dónde había estado aterrado, ahora se encontraba peor: caminando de un lado a otro de aquel pasillo ante la vista de los demás que estaban casi igual. Les habían dicho que iban a tardar para que todo saliera bien, que volvieran como en dos horas más tarde pero ahí seguían presentes.

Y él no se iba a ir. Quería ver a su hijo y saber que su novio estaba en buen estado para que pronto recibiera el tratamiento adecuado para que su cuerpo se recuperará. Ya después vería como cuidaba al pequeño Scorpius mientras el fuera al colegio. Cuidarlos a ambos al mismo tiempo, no creía que fuese muy complicado. Podía acostumbrarse tal como llevaba hasta ahora.

Todos le decían que le iban a ayudar a cuidarlo mientras estudiara y también cuidara a Draco por las noches. Pero quería tener tiempo para todo, no sabría de donde lo iba a sacar pero lo iba a hacer.

Vio como Sirius movía las piernas con cierta rapidez mirando por aquella puerta esperando al igual que él, sabía que también estaba emocionado por el futuro pequeño. Ese niño iba a hacer su adoración como para que pudiera perderlo, pero también estaba preocupado al conocer el estado delicado en que se encontraba Draco. Así que no sabía ni como sentirse al igual que él. Y pensar que al principio se había negado de aceptar en su casa a ambos.

El medimago encargado de la complicada situación, venía saliendo de esa enorme puerta haciendo que todos se pusieran de pie.

—Felicidades señor Potter —se dirigió específicamente hacia a él— es padre de un hermoso, y saludable niño.

—¡Oh si! —Los gemelos aplaudieron aliviados siendo seguidos por más sonrisas.

Pero también quería saber más.

—¿Y, y Draco?

—Estable, hemos podido aplicar una pequeña dosis de poción que ayude a restaurar sus pulmones —le sonrió tranquilamente dándole mucha tranquilidad al saber que los dos estaban bien— hemos logrado que pueda estar mejor que antes. Pero debemos de esperar a que mejore del labor de parto para que podamos suministrar más dosis. Pero está fuera de peligro, está estable.

—Gracias a Merlín, lo sabía —Narcissa suspiró aliviada siendo abrazada por Molly, incluso hasta Ginny y Pansy se habían abrazado muy emocionadas. Todos se sintieron más aliviados cuando esas palabras fueron dichas.

Harry no esperó ni un momento más en seguir al medimago porque este le iba a hacer conocer a su hijo.

Aunque trataba de no verse tan nervioso al estar caminando hacia los cuneros donde estaba, fue imposible. Apenas había entrado a estos con la ropa necesaria para no meter ninguna bacteria, su corazón se aceleró cuando vio a pequeños bultos en cunas distintas que variaban de color rosa o azul.

Trató de distinguir a su hijo, pero el contrario le hizo una seña de que lo siguiera. Se acercaron hasta la esquina en una cuna que se veía muy especial, era una incubadora cálida donde podía meter sus manos, a pesar de que habían adelantado su parto, gozaba de buena salud pero tenía que estar ahí alguna semana más para que no hubiera problemas. Y por el no había problema.

—Puede cargarlo, señor Potter. Cuando lo vuelva a depositar, la incubadora se cierra.

Asintió acercándose lo suficiente hasta ver a un pequeño bebé de mejillas rosadas y piel de porcelana que se hallaba durmiendo tranquilamente, trató de no caer en amor eterno con tan solo verlo. Con algunos cabellos rubios muy claros por ser recién nacido, pestañas rubias y cachetitos muy tiernos.

Cuando me recuerdes;      [ Harco ]Where stories live. Discover now