• 29; Cuando me recuerdes.

14.5K 1.5K 1.1K
                                    

Si antes Draco podía salir algunas horas a la madriguera o incluso a Grimmauld Place para tener la compañía de alguien y no estar aburrido con la misma monotonía de su casa, ahora no salía de su cuarto.

Los siguientes cuatro meses habían empeorado para él. Y eso que hace dos meses había cumplido sus 25 años rodeado de todos.

Narcissa le suplicó a Harry que regresarán a Grimmauld Place, ella no quería tener tan lejos a su hijo y quería estar al pendiente de él. Quería ser egoísta, negarse y decir que el podía cuidar muy bien de su esposo. Pero la mujer supo decirle las palabras adecuadas: no solo te estoy pidiendo que se queden durante el transcurso de la maldición, quiero que se queden con nosotros después de perderlo. Ustedes van a necesitar mucho apoyo después de todo.

Y tenía razón. Perder a Draco, y volver a casa iba a ser muy difícil de asimilar. No estaría su esposo para recibirlo, ni para gritarle porque hubiese ocupado su shampoo. Nada de eso iba a ocurrir.

Así que en ese mes se habían mudado de nueva cuenta a Grimmauld Place, ocupando las antiguas recámaras que antes tenían. En la habitación de Scorpius, en lugar de una cuna ahora había una bonita cama de oro forzado que su abuela Lily se había encargado de cambiar para que fuese mas cómodo para este.

A cada rato estaba cansado, dormía todo el tiempo, había perdido más peso y si antes estaba pálido, ahora lo estaba peor. Si no eran fiebres, eran escalofríos lo qué lo hacían sufrir durante las noches por largas horas.

Harry despertó en la habitación de Draco sin haber pegado el ojo en toda la noche, siempre al tanto de su esposo. Odiaba no poder hacer nada teniendo un gran conocimiento de magia medicinal, todo lo que había tratado de hacer simplemente no hacían nada, no lo hacían sentir mejor. Intentó con más pociones que fueran directo a la sangre, pero Severus le recordó que no podía interferir en eso.

La puerta se abrió y vio a Ron al igual que Hermione, jamás se había sentido tan aliviado de verlos. Así que se levantó de su asiento cuando la castaña corrió hacia a él para abrazarlo mientras se ponía a llorar.

—Lo estoy perdiendo, Herm...—murmuró estrechandole con fuerza—mi Draco va a morir.

—Lo siento tanto, Harry. En verdad lo siento demasiado.

Ella sollozo demasiado triste, Ron no había despegado la mirada de Draco pero pudo ver cómo se limpiaba una rápida lágrima que se había escapado de sus ojos. El pelirrojo tomó aire hasta acercarse a ellos, y los abrazó a los dos.

Así como en los viejos tiempos cuando eran adolescentes y se metían en problemas.

—¿Hay algo que podamos ayudarte?

Negó sintiendo como sus ojos ya se encontraban rojos de tanto llorar, había llorado toda la noche sosteniendo la mano de su esposo, contemplando sus anillos que eran hechos para complementar qué sentía no tenía más lágrimas.

Al separarse de ellos, miró hacia el techo queriendo encontrar una solución.

Pero nada, su mente estaba en blanco y su corazón estaba siendo destrozado. No sabía que iba a hacer ni cómo comportarse, lo único en lo que pensaba era en poder irse con él.

—Él quería verlos ayer, le dije que estaban ocupados —se giró hacia la cama para acercarse al rubio, se agachó pasándole su dedos por su frente— Draco, cariño. Mira quienes están aquí.

No sé movió, y ellos vieron como Harry tocaba su frente con cierto miedo de que en algún momento no volviera a abrir sus ojos nunca más.

Pero al volver a intentarlo, Draco se quejó bajamente.

Cuando me recuerdes;      [ Harco ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora