Imprudencia

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.::Adrien::.

Los días pasan, al fin es fin de semana ¿Qué es lo que haré hoy? Generalmente los viernes todos en la empresa salimos temprano, a no más de las 3:30pm, y yo suelo aprovecharlo para salir con alguna linda chica o para relajarme en casa antes de salir a patrullar.

- ¿Estará abierta la repostería? - Dije para mi, no importándome mucho que Nathalie estuviese a mi lado ordenando unos papeles.

- No lo sé señor, sus horarios varian muchísimo porque solo está abierto hasta que se terminan lo que hornearon en el día ¿Quiere que llame para preguntar? -

- ¿Tienes el número? - Pregunté, intentando ocultar un poco mi entusiasmo.

- Claro, aparece en Uber Eats, tienen servicio a domicilio. -

- ¿En serio? ¡¿Por qué no sabía de esa maravilla?! -

- Quizás porque hasta hace apenas unos días es que desarrolló esa pequeña adicción a los pasteles de esa repostería - Respondió Nathalie sin darle mucha importancia.

- Si, claro, debe ser por eso. Nathalie...¿Tengo algún pendiente para hoy? - Pregunté sin pensarlo mucho.

- No, señor. Su última junta fue con el joven Kurtzberg y los demás diseñadores, está libre desde que terminó esa reunión -

- ¿En serio? ¡Haberme dicho antes! - Tomé mi saco y me levanté de mi silla para dirigirme sin demora a la salida - Te encargo el resto ¿si? Confío en ti, cualquier cosa, llámame, pero que todos sepan que ya no estaré disponible ¡Adieu! -

Besé de forma despreocupada y rápida la mejilla de Nathalie a modo de despedida y salí a toda prisa de la oficina.

- ¿Ya se va, señor? - Dijo una voz detrás de mi, era Max, nuestro jefe de sistemas -

- Si, llevo algo de prisa, Max ¿Pasa algo? -

- No, para nada, todo perfecto. Que tengas un buen día Adrien -

- Igualmente -

Max fue compañero mío dentro de los primeros semestres de mi carrera de Administración y es que muchas materias son de tronco común, lo que significa que todas las carreras la cursan sin importar la rama en la que estén. Cuando lo conocí supe inmediatamente que se trataba de un cerebrito y en cuanto mi padre requirió de un nuevo Jefe de sistemas no dudé ni un momento en recomendar a Max, que a pesar de que llevaba meses sin saber de él, sabía que su condición de chico nerd amante de las computadoras sería perfecta para el puesto...

En fin.

He llegado al estacionamiento de la empresa. Localizo mi auto, una camioneta Renault Oroch verde esmeralda... ¿Qué? Bien podría ir por la vida en un auto deportivo porque tengo los recursos para ello, pero me gustan este tipo de autos, cómodos, grandes y ¿Ya dije cómodos? Cristales polarizados... ¿Lo entienden? Mi más reciente adquisición y no me arrepiento de ella.

- Que tenga bonito fin de semana, señor Agreste - Me despidió el vigilante del estacionamiento, a quien de igual forma le respondí y deseé un buen día.

¿Por qué era tanto mi apuro? No lo sé, lo cierto era que... por alguna extraña razón me sentía ansioso y mi corazón latía fuerte y rápido, casi de la misma forma en la que late cuando me encuentro peleando contra algún criminal en las calles, esa adrenalina...

Cuando menos lo esperé me encontré estacionando mi auto frente a la Repostería "Douce Joie" la cual aun estaba abierta. Gente entraba y salía del local en un flujo constante.

En un intento por no llamar demasiado la atención me quité el saco y el chaleco y la corbata que caracterizaban mi atuendo diario y me atavié con unos lentes de sol discretos y una boina que ocultaba en buena parte mi cabello rubio, esperando así no ser reconocido...

Quiero Conocerte [+18] MLB AUWhere stories live. Discover now