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Kitty Gang, de esa forma lo conocían en el submundo, era el jefe de la mafia más poderosa de Corea del Sur. Sin embargo, su poder no se limitaba a estos negocios turbios, ya que dominaba el mundo político del país. Además, había adquirido fama por ser considerado el "ángel sexy" de todo Seúl.

Su cabello era de un rosa brillante, que hacía ver su piel más clara de lo que en realidad era. Sus ojos eran de un celeste precioso y sus labios, carnosos y coquetos, eran lo más tentador que cualquiera pudiese imaginar. Usualmente, vestía mini skirts y polos ajustados, o vestidos entallados; además, sus chaquetas eran siempre de marcas caras y de diseños fabulosos. Sin embargo, algo en su estilo no cuadraba, y era su adicción por Hello Kitty. Amaba decorar sus armas y sus vehículos con este personaje, incluso siempre llevaba consigo un set de stickers guardado en alguno de sus bolsillos.

No obstante, a pesar de que su imagen lo dibujaba como una presa fácil, era casi imposible dañarlo y quitarle su puesto como el mayor mafioso del país, incluso, del continente. Por lo tanto, se ganó muchos enemigos, entre ellos, a Agust D. Este joven era dueño de otra de las organizaciones ilegales con gran poderío en el submundo y tenía un deseo tremendo de poder, así que haría hasta lo imposible para dominar a Kitty Gang.

—Me aburro, señor Kim —ronroneó Kitty—. ¿Comprará el paquete de la próxima semana o no? —susurró al oído de uno de los distribuidores de droga más grande del sector oeste.

—Quedamos en que, luego de lo que me ofrecieras esta noche, vería si comprar tu mercancía o la de Agust —contestó con claras intenciones de divertirse con el chico.

—Mmm... Entonces tendré que brindarle el mejor servicio, señor Kim —dijo, llevando sus manos a la entrepierna de su cliente.

El señor atrapó la pequeña cintura de Kitty y sonrió con satisfacción al sentir la estrechez de esta, sin duda se divertiría mucho. Esa mirada caliente que su distribuidor favorito le regalaba le ponía demasiado.

—Señor Kim —ronroneó el pequeño pelirrosa—, iniciemos de una ve. Me gustaría tenerlo dentro mío.

Esa fue la gota que derramó el vaso, pues el señor no dudó en acorralar el cuerpo de Kitty sobre el sillón de su oficina. Luego, le levantó la falda y, cuando notó que no llevaba ropa interior, sonrió. Inmediatamente, metió unos de sus dedos con agilidad, logrando un dulce gemido por parte de Kitty.

—Eres un pequeño atrevido —le dijo al oído.

—Fólleme, señor Kim... —gimió— Rápido, para luego firmar el trato...

—Haré que nunca olvides esta reunión —contestó antes de continuar con el espectáculo.

Esa tarde, los planes de Kitty Gang salieron a la perfección, ya que confirmó la entrega de un nuevo pedido y disfrutó de un buen polvo. Sin embargo, ya se estaba cansando de follar solo con sus clientes; deseaba algo nuevo e intenso. Necesitaba salir y abrir nuevas puertas, nuevos clientes, nuevas ventas, más dinero, más sexo, más poder.

Salió de su baño aromático y secó su cuerpo, luego se vistió con su bata rosada de Hello Kitty y se dirigió a su cama para contar sus millones. Eso le hacía muy feliz, pero también sentía que le faltaba algo.

"Mini skirts & diamonds"  •DKi // Yoonmin•Where stories live. Discover now