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Mientras Kitty salía del club, intentó encontrar a Gucci, pero ya no estaba, tal vez estaba divirtiéndose en alguna otra parte. Paseó su vista por todos lados, ya que si tenía suerte, alguno de sus hombres seguía por ahí, pero nada.

—Deja de mirar tanto, solo sube —le ordenó Agust cuando llegaron al auto.

Nadie le debía decir qué hacer, realmente odiaba eso, mas no le quedaba de otra. Gruñó en voz baja y subió furioso. El rubio lo hizo después y el chófer también.

Entonces, la ruta a la mansión D comenzó. Fue un viaje muy incómodo ninguno articuló ni una palabra, pues ambos estaban furiosos por diferentes razones. Sin embargo, había una chispa de satisfacción en el rostro de Agust, quien tenía unos documentos importantes esperando en casa, lo cuales cambiarían el destino de ambos.

Luego de quince minutos, llegaron al lugar y entraron. En ese momento, Agust ordenó que vigilaran a Kitty y que no saliera del salón mientras él iba por esos papeles importantes. Subió a su oficina y estalló en carcajadas.

—Al fin, cariño, te vencí —dijo para sí mismo antes de volver con su amado.

—Bien, ¿qué quieres mostrarme?

—Esto. —Le entregó los documentos. —Ahí puedes ver la curva de mis ganancias de esta semana comparadas con las tuyas y también las expectativas de crecimiento del mes, obviamente, comparando tus números con los míos. Como puedes observar, en el gráfico 1, mis ingresos superaron a los tuyos en 7 mil dólares. Y, a continuación, el segundo muestra que mis expectativas de crecimiento son mayores a las tuyas. La próxima semana se espera superarte en 10 mil y, en la siguiente, en 13 mil.

El rostro de Kitty seguía impasible, sus labios no se movían y su vista estaba clavada en los gráficos. Se podría decir que estaba calculando alguna forma de cambiar el rumbo de la curva, pero nada. A pesar de que estaba entrando en la comercialización legal de cannabist, no lograría subir tanto. Sus clientes habían cambiado y eso se debía a los rumores de su futuro matrimonio, al parecer la alianza con Jeon no era tan beneficiosa como le parecía.

—Me tienes —añadió fríamente— ¿Ahora qué?

Su rostro no reflejaba nada, ni emoción ni decepción, nada, absolutamente, nada.

—No, así no debía ser esto. —Le jaló los papeles de las manos y lo levantó del sillón de un tirón.

—¿Qué quieres que te diga?

—No sé, algo como "¡No tan rápido!, mañana verás esto al revés" o no sé, algo así. ¿Dónde está ese luchador?

—No soy estúpido. Sé que no puedo ganarte.

—¡Mentira! Tú sabes que solo debes callar los rumores de tu matrimonio y tu negocio subirá por las nubes, pero...

Kitty apartó la mirada, no estaba listo para esa conversación.

—No quieres cancelar tu supuesto compromiso...

—¿Qué creíste? —respondió con su cínica sonrisa— Obviamente no lo cancelaré. Nuestro trato es tan vago que...

Entonces, repentinamente, una cachetada resonó en toda la sala, congelando a todos los presentes.

Kitty explotó en carcajadas y acarició su mejilla, la cual estaba roja por el impacto.

—Ay... Jajajajaja... ¿Es en serio? Eres tan estúpido.

Sonrió y, cuando nadie lo esperaba, disparó en segundos a todos los presentes en el lugar. Luego salió corriendo, y nadie lo detuvo, ni Agust dio la orden de que lo frenaran. Sin embargo, sería la última vez que lo dejaría escapar. La situación no se quedaría así.

"Mini skirts & diamonds"  •DKi // Yoonmin•Where stories live. Discover now