"Mini skirts & diamonds" •DKi // Yoonmin•

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Kitty Gang llegó a la hermosa mansión de la familia Jeon. Esta formaba parte de la historia de Corea del Sur, pues habían sido ricos desde que se se instauró una República Constitucional al poder. Era dueños de dos bancos muy importantes del país, de una planta radioactiva y tenían contactos en todos los sectores económicos del país; además, anteriormente, miembros de los Jeon habían ocupado cargos estatales de gran relevancia. Sin embargo, el poderío de los Jeon no solo estaba relacionado a la vida correcta y formal, sino también tenían buenos contactos en el submundo y suelen llevar a cabo reuniones para que estos magnates mafiosos se conocieran. En estás, presentaban a futuros socios, claro, cobraban para hacerlo.

Kitty sabía que atraer a un Jeon era como la lotería ganada, así que no dejaría que está oportunidad se le desperdiciara. Sabía que necesitaría usar todas sus armas de seducción para tener a Jeon Seagul donde quería. Además, le convenía entablar una relación romántica con él, pues si llegaban a casarse, quedaría como parte de esta familia tan poderosa, sería imparable.

Cuando llegó, el ama de llaves lo llevó a la oficina de su cita, quien en ese hogar era conocido como Jeon Jeongguk. La puerta de entrada a aquella habitación lucía carísima, los detalles parecían haber sido tallados a mano y el material estaba tan bien cuidado que parecía recién barnizado. Entonces giró la manija con suavidad y entró. El lugar era precioso, lo cual enamoró a Kitty, quien, a pesar de estar acostumbrado al lujo, nunca había ingresado a una mansión de ese nivel. A parte del escritorio, los cuadros y el librero, había un par de sillones europeos junto a una mesita de té, en uno de ellos estaba sentado Jeongguk.

—Buenas noches, Jeon —saludó con una pícara sonrisa—. Me encanta su casa, es muy sofisticada. —Caminó moviendo ligeramente sus caderas hasta el sillón que se encontraba frente a su futuro socio.

—Buenas noches, Kitty —saludó también, sin evitar comerse al pelirrosa con los ojos—. Me alegra que hayas llegado temprano. ¿Deseas algo de beber? ¿Un té o un whisky?

—No es necesario, pero gracias por su gentileza.

El resto de la noche se la pasaron hablando de los términos de la inversión para el negocio del cannabis. Todo quedó bien, así que Kitty asumió que sus ganancias aumentarían en un 20% si lo planeando tenía éxito.

—¿Deseas ir a festejar? —preguntó Jeon.

—Me encantaría, señor Jeon —contestó.

Ambos fueron en sus propios vehículos a Dionysus, una disco muy famosa, a la cual solo asistía la gente de la alta alcurnia y los mafiosos. Era el lugar perfecto para beber y llegar a algo más. Sin embargo, no tenían idea de que cierto rubio los estaba siguiendo desde que salieron de esa mansión.