𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒐𝒄𝒉𝒐: "𝑆𝑜𝑎𝑝"

3K 459 91
                                    

Dios, desearía nunca haber hablado, ahora tengo que lavar mi boca con jabón.

No esperé nada de YoonGi después de que se fue, ni una llamada, ni un mensaje, yo sabía que no pasaría nada como eso. Tampoco rebusqué ante su ida, simplemente me fui al hospital con las manos en los bolsillos, completamente solo, yo no esperaba la sorpresa que me encontraría cuando entrase.

Había pasado exactamente dos horas y media desde que él se había ido de mi casa, o eso suponía. Cuando entré al hospital vi un montón de gente a dentro, el lugar estaba más lleno que de costumbre, fui empujado más de una vez por alguna enfermera que corría hacia alguna sala por emergencia.  Mis ojos vagaron por el lugar hasta que me encontré con JiHyun, apoyado sobre el mostrador principal, con sus pequeños bracitos encima más sus pies de puntillas intentando mantenerse estable, hay un bol grande de dulces, él está intentando sacar alguno. Voy hacia allí, tocando su hombro, haciendo que él pegue un salto hacia atrás tambaleándose, mis manos logran atraparlo antes de que caiga al suelo. — ¡JiMin! Me asustaste, no hagas eso.

Le envié una sonrisa juguetona y tomé dulces de aquel bol que estaba intentando alcanzar. — ¿Qué haces afuera de tu habitación? Tienes que prepararte para la operación y aquí hay mucha gente.

Se cruzó de brazos, su ceño no estaba fruncido pero parecía que quería estarlo, —Yo puedo salir de mi habitación, soy grande, tengo- —balbuceo un momento mostrando cinco dedos de sus manos, concentrándose en ello. —estos años, así que puedo salir a buscar dulces como los adultos.

—Ya, adulto. Aquí tomé unos dulces, ¿Vamos a la habitación ahora? —me sonrió, le ofrecí mi mano para que la tomara, y lo hizo, era tan pequeñita que incluso solo se afirmaba de tres de mis dedos. 

Caminamos por los pasillos, yo intentaba que las personas no empujaran, aun si era sin querer, el cuerpo de mi hermano porque, se notaba que estaba algo débil. Pasamos por muchos lugares antes de poder estar siquiera cerca de su habitación, JiHyun iba hablando sobre algunas cosas, hasta que mis ojos se abrieron cuando él, dijo: —Hoy un amigo tuyo vino a verme.

Yo, confundido, le envié una mirada que expresaba exactamente ese sentimiento. — ¿Quién? 

—Se llamaba YoonGi, él me dijo que te conocía, fue lindo. —nos detuvimos solo porque él lo quiso así. Me paró justo cuando estábamos a punto de llegar. Apuntó a mi derecha, con sus labios curvándose hacia los costados. —Era él.

Mis ojos fueron hacia allí, encontrándome casi cara a cara con YoonGi. Aquel con el que había estado durmiendo horas atrás, que ahora estaba apoyado en una pared lisa, con sus ojos puestos en mí. Su rostro estaba hecho un desastre, tenía el labio inferior hinchado, rojo y un moretón en su mejilla que recién estaba comenzando a tomar color, tan reciente como las heridas en sus nudillos. JiHyun interrumpió nuestro intercambio de miradas, jalando mi mano con suavidad. — ¿Puedo entrar a la habitación a comer mis dulces?

Lo miré luego de eso, nervioso, dubitativo, más no por la pregunta, si no por esta extraña situación. —Sí, claro bebé. Ve a tu cuarto, come todos los que quieras pero si el estómago te duele, tienes que parar, ¿De acuerdo?

Asintió con sus mejillas hinchadas de felicidad, corriendo hacia el lugar, soltando el agarre de su mano con la mía.

¿Qué le había pasado a YoonGi? Necesitaba saber, mi pecho enviaba una sensación que yo identifique como preocupación, esa que yo sentía solamente por JiHyun. Me acerqué cuando pude, lo hice, no recibí un saludo o una explicación, no era su deber hacerlo tampoco. — ¿Qué demonios, YoonGi?

Eso fue lo único que salió de mis labios, era sincero, era jodidamente sincero. Yo no sabía que estaba pasando, él había estado bien hace unas cuantas horas atrás, me parecía ilógico que de repente apareciera tan demacrado de un momento a otro. No hubo una sonrisa, tampoco un aire de grandeza ni una palabra que me explicase que estaba sucediendo, no recibí absolutamente nada de su parte. Sacó un cigarrillo e iba a prenderlo cuando mi mano lo detuvo, lo mantuve así un momento, toqué su piel y sentí que temblaba, lo hacía. Sus rostro escaseaba de sentimiento alguno, pero su cuerpo, eso era otra historia. —No puedes fumar aquí, tú lo sabes, estoy seguro que lo sabes.

No hizo nada al respecto y yo dejé de tocarlo cuando se apartó de mi mano como si yo fuese, no lo sé, veneno.  Me observó por un extenso rato, con sus labios semi abiertos, remojándolos de vez en cuando. No habló sino que minutos más tarde cuando él mismo decidió que lo haría, no por comenzar una conversación entre ambos, si no más que para informarme. De la nada, las palabras sobre recuerdos ocurridos hace no más que unas cuantas horas, comenzaron a salir de su boca. —Cuando yo estaba ahí, contigo. Pensé mucho sobre todo mientras te veía dormir.  No creo que lo hayas sentido, pero mis manos se mantuvieron en tu cintura, tan perfectamente encajadas allí como si yo estuviese hecho para ese jodido sitio. 

Sus palabras no terminaron de acentuarse, yo guarde un prolongado silencio, quise tocarlo, pero él no me dejaba, empujaba mi mano cada vez que quería tomar la suya.  — ¿Por qué estas así?

— ¿Lo dices por esto? —apuntó su rostro, casi exactamente donde la rojez comenzaba a convertirse en un morete, con el cigarrillo entremedio de sus dedos. —No es importante.

—Eso es lo que tú dices, pero para mí si es importante saber quién carajo te hizo mierda el rostro.

—No estoy tan mal.

—Ajá. Estas peor que mal.

Cerró los ojos unos momentos, él estaba pasando por un momento desastroso y lo sabía, lo hacía aun si no se había detenido a contármelo. Me acerqué, depositando un beso en sus labios hinchados, delicadamente y de forma superficial. Los abrió después de eso, mi rostro se mantiene enrojecido mientras miro hacia otra parte. —Eso fue dulce.

—Cállate. Estoy intentando hacer que te sientas mejor.

—No quiero eso, YoonGi. No quiero que me recuerden que soy tan débil que necesito de ti cada vez que hay algo mal, Porque no lo hago ¡No necesito de tus besos, o tus toques, o siquiera de tu presencia! No necesito de nadie más que de mí mismo, las drogas, el sexo y la sensación de no pertenecer ni depender. —sonrió, expulsando con ello algo de ironía ante sus palabras contradictorias.

— ¿Por qué estás aquí entonces? ¿Por qué no te fuiste a la escuela o algún otro lugar después de estar en mi casa?

Lo pensó. Pudo haber dicho que era por su madre, quien trabaja aquí. O cualquier otra cosa, pero sus labios solo se sinceraron, mientras su mirada bajaba hasta sus pies. —Ni siquiera puedo mentirme a mi mismo, te necesito. Mierda. Lo hago.

Fue una respuesta más para sí mismo que para mí, yo me agarré de su cuello intentando llegar a su altura con mis pies de puntillas, tal como JIhyun cuando quiso alcanzar sus dulces. —Está bien, necesitarme, que nos necesitemos, todo esto está bien.

No dijo nada, solo espero a que me soltara, cuando lo hice, fue cuando él realmente pudo hablar. — ¿Todo siempre está bien para ti? ¿Por qué te aferras a esto, y simplemente lo dejas pasar? ¿Por qué no estas luchando como yo para desecharlo, para expulsarlo? Me haces esto más difícil, cuando continuamente estas calmando cada parte de mí que piensa que  lo que ambos estamos haciendo está mal. Te envías a ti mismo hacia la destrucción absoluta y ni siquiera te preocupas de ello, ¿Qué está mal contigo?

Mordí mi labio con timidez, lo hice, mostrándome vulnerable luego de algún tiempo sin hacerlo. —Siempre quise querer, necesitar y que eso fuese mutuo. Me gustaba la sensación de sentirme querido por los demás, esperaba descubrir cómo se sentiría cuando fuese real y no solo algo sexual. —me quede en silencio sin mirarlo todavía, no podía decir esto si sus ojos iban a ponerse sobre los míos, intimidándome. —A pesar de que sabía que no me lo merecía, yo quería descubrir que se sentía querer a alguien y que alguien me quisiera siendo JiMin, no una puta.

Me miró como si estuviese sorprendido de lo que había dicho. Se puso tan tenso como sus expresiones faciales me permitieran verlo, pasaron tantas emociones al mismo tiempo que incluso yo me sentí asustado y patético por haber revelado algo tan mío de esa forma.

—Estas jodido si piensas que yo voy a poder amarte de la forma que quieres. No sirvo para eso.  Y tú, ¿Qué vas a saber tú sobre querer?

Me dio, lo que supuse, fue tiempo para darle una respuesta que hiciera que se quedase, cuando no supe que responder, él simplemente se fue. Dejó mi cuerpo detrás de él sin siquiera voltearse una vez ante mí, no se sintió como un golpe duro, ni como si quisiera llorar hasta que mis ojos no pudiesen hacerlo.  Más bien, se sintió como si debí haberme callado y no haber dicho absolutamente nada.

Se sintió como si yo estuviese ahogándome en una verdad tan patética que debí haberme tragado.

슈짐 Drama King 〄  Yoonmin [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora