슈짐 Drama King 〄 Yoonmin [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ]

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 51: 𝑀𝑖𝑒𝑑𝑜.

Aquel viaje fue probablemente la cosa más incómoda que viví en toda mi vida. Ni siquiera me atreví a preguntar a donde nos estábamos dirigiendo que a estas alturas, y pude ver que no se trataba de ningún restaurante. Cuando bajamos, sin embargo, NamHyuk tenía un cigarrillo en su boca, intentando encenderlo y diciendo toscamente que su padre se tomó el día libre y decidió hacer una pequeña fiesta, la cita se había cancelado. Pero él quería que SeoMin y yo estuviésemos ahí.

Quería que yo estuviera cerca de NamHyuk, así que por más que cuando entré intenté mantener una distancia notoria, aquel viejo llegaba a juntarnos como si fuéramos un puto chicle. Estaba cerca de la barra libre medio coqueteándole al barista con el segundo trago esa noche, mientras NamHyuk no dejaba de mirarme. — ¿No tenías dieciséis?

Preguntó. Me encogí de hombros un poco. — ¿Importa?

—No deberías estar tomando. Eres menor. —me quede en silencio sin decirle nada. No fue como si aquello lo hubiese incentivado a seguir insistiendo para que yo parara. Tampoco nadie me dijo algo más respecto a eso.

Así fue hasta que tuve el cuarto trago entres mis manos cuando las de él pasaron a quitármelo. Su ceño estaba fruncido, probablemente algo irritado acerca de yo comportándome como un idiota en un lugar lleno de gente, avergonzándolo.

Pensaba que mi suerte había sido grata hasta el momento, porque no tenía ni la más remota idea de donde SeoMin podría estar. Habitaba en mi mente todo el tiempo que si ella llegaba empeoraría la situación, no estaba lejos de ser lo acertado cuando se acercó a nosotros viendo aquella pequeña escena. Parecía furiosa, cuando estuvo lo suficientemente cerca, tiró de la chaqueta que realmente pertenecía a YoonGi, haciéndome tambalear hacia un lado. Estaba un poco mareado. —JiMin, ¿Me vas a explicar que facha es esta? ¡Estas jodidamente avergonzándome! Quítate esa cosa ahora mismo.

Negué. Negué muchas veces y la empujé lejos. No quería que la tocara, no esa prenda que emanaba el fuerte olor de él. Pensé que había podido percibirlo cuando camino dos pasos hacia adelante olfateando. — ¿Y qué es esto? ¿Estas borracho?

—No. Estoy bien. —tocó mi rostro como si estuviera preocupada, entristeciendo sus facciones. — ¡Dije que estoy bien! Joder-

—Estas arruinando esta oportunidad. Escucha; realmente no me importa que estés borracho, no me importa que estés en esa asquerosa chaqueta tres tallas más grandes. Ni siquiera me importa dónde es que la conseguiste, si solo vas y te tiras encima de este tipo, acuéstate con él, engánchalo a ti. Hay mucho dinero y prestigio involucrado, ¡Hemos dado con el pez gordo! Te digo, JiMin, es una increíble oportunidad, ellos incluso están hablando de esto yendo más allá. Podríamos irnos lejos de esta asquerosa ciudad, podría dejar a tu padre para que solo fuéramos nosotros si eso sucede. Estoy rogándotelo. —lo estaba medio susurrando. Me encontraba sorprendido porque NamHyuk estaba solo a una vaga distancia de nosotros y a ella no le importaba.

Realmente yo no quería irme de esta asquerosa ciudad ni acostarme con este tipo. No quería nada más que estar con YoonGi, pagar su mierda, llevarme a JiHyun. Quería pensar que sería sencillo. No quería mentir más. Pero dije que sí.
Dije que sí y ella solo sonrió, haciendo que sus labios rosados por aquel labial arrugaran las esquinas de sus mejillas, también maquilladas con un rubor fuerte. ¿Estaba mal si decía que quería unas cuantas pastillas?
Pero no las tenía, las había dejado. Yo me había ido de ese camino, no era más ese tipo. Yo estaba dejándolo, ya no las usaba. Quité de las manos de NamHyuk el vaso de alcohol y me lo bebí de inmediato, sus ojos me miraron con curiosidad unos cuantos minutos, antes de que mamá se fuera. No tenía pastillas, pero tenía todo una jodida barra abierta para mí. Tenía además, una misión.

Me intente enganchar al brazo de NamHyuk, y tire de él. — ¿Qué estás haciendo?

Le sonreí, viéndolo con los mejores ojos que debilitaban al más fuerte. Así que lo hizo, su fortaleza cayó. Inmediatamente cuando yo toqué un poco de su cuerpo o cuando mi mirada azul se encontró con la suya un poco más opaca. —Tú, ¿Piensas que soy lindo?