𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒔𝒆𝒊𝒔: 𝐶𝑒𝑙𝑒𝑠𝑡𝑒.

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Creo que nos seguimos besando por mucho más tiempo, sus manos estaban en mis piernas, y nuestros labios chocaban con una necesidad compulsiva que nos sorprendía a ambos. Nadie nos interrumpió más, solo fui yo, poniendo mi mano en su pecho cuando nuestras respiraciones estuvieron, y nuestras mentes se encontraban lo suficientemente ofuscadas.

Se recostó junto a mí en la cama, me sentía muy mal. Las manos de YiXing sobre mi seguían siendo algo que mi cabeza reproducía como un disco rayado, no había vuelta, yo sabía que algo había pasado hoy conmigo, a pesar de las sensación de alivio, por estar con YoonGi, había algo que cambió, no sabía que era.

Cuando salimos de la habitación, yo vestido como pude, intentando arreglar mi cabello, vi como Hoseok continuaba sentado sobre el mismo lugar en el que lo vi la primera vez, no se había ido. Tenía la nariz roja, los ojos rojos, pero una sonrisa se posaba sobre sus labios con sus ojos puestos solo y únicamente en YoonGi. YiXing estaba en una esquina apartada, ya sin ningún cigarrillo, con el ceño fruncido, más dos paquetes pequeños en sus manos.

YoonGi los recibió, con mala cara, metiéndolos en su bolsillo, antes intentar irse. La voz de Hoseok lo detuvo, llamándolo, diciéndole que podría ir a dejarlo a su casa, y me sorprendió como la cabeza de él negó, tomando mi mano para que nos fuéramos de allí.

Hacia un poco de frio, pero yo no lo dije. Solo aferre más mi mano a la suya, observando sus facciones molestas por naturaleza, tiene ese tipo de rostro que te dice no te me acerques, la mitad del tiempo. Y la otra mitad, es cuando sus ojos se topan con los míos, su ceño se suaviza, hay una sonrisa que se forma sobre sus labios, tan pequeña que solo puede ser vista por aquel que lo conozca lo suficiente, a sabiendas que aquello no es algo que normalmente haga. Yo creaba una reacción sobre él. — ¿Estas triste por esto?

Fue la única pregunta que pude formular. Y él, presiono sus labios mientras me soltaba un no, seco, demostrando que realmente esto no le importaba. —Nos hemos alejado un montón de veces, con el tiempo, de tanto ir y venir, comenzó a darme igual. Primero era él, su vida es una película americana, llena de lujos, viajando a donde quiere pudiendo cumplir sus más costosos caprichos, y luego era yo, que desde que te conocí ya no puedo mirarlo de la forma en la que lo hacía. Pensé que estaba enamorado, pero luego descubrí un sentimiento que dejo a ese en el banquillo. Algo que nunca antes había sentido.

—Pero te acostaste con él.

—Sí, lo hice. Es abrumador, como no tienes idea, quería hacerlo para saber si lo nuestro podía ser arreglado. Pero sentí más besándote a ti en esa jodida cama donde antes tú habías sido tocado por alguien más, que teniendo sexo con Hoseok. —suspiro, tirando de su cabello hacia atrás, como si esto estuviese acabando con su cordura. —Tú no tienes idea de cuánto odio saber que alguien más estuvo contigo. Pero, estas caminando en terreno peligroso, no sabes dónde te estas metiendo, no solo conmigo, si no con YiXing. Ese hijo de puta jamás va a olvidarse del polvo que tuvieron, no va a dejarte tranquilo, él no es de esos. No se acuesta con cualquiera.

—He vivido situaciones peores, YoonGi. Ya he estado ahí un millón de veces, con personas diferentes. —le dije, con indiferencia. No lucia sorprendido, pero si parecía asustado. Vi su otra mano por un momento, cuando la dejo caer a un costado, sus nudillos estaban maltratados otra vez, muchísimo peor que la última. — ¿Peleaste otra vez?

—Quizá. —él mismo examinó sus heridas, eran profundas, como si hubiesen golpeado algo demasiado duro. Hay probabilidades de que ni siquiera haya golpeado a alguien, si no que a algo. — ¿Puedo ir a tu casa hoy?

—Sí, pero vamos a buscar a JiHyun primero, debe estar esperándome.

Me sonrió, y fue la primera vez que sus labios se curvaron de esa forma, dejándome ver sus dientes, más las arrugas en sus mejillas al hacerlo. Fue lindo, es lindo.
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Estaba emocionado por llevar a JiHyun a casa, ni siquiera intente camuflarlo, cuando llegamos a su cuarto de hospital él estaba de pie, sus pequeñas manitos sosteniendo un papel. Me miró, estaba muy cansado, y yo también lo estaba, sin embargo, enredo sus brazos en mi cuerpo y me dio un abrazo como muchos otros, fuerte, lleno de necesidad, esperando poder encontrar en mí el amor que nunca había recibido de otro lugar, siempre lo hallaba. Mi amor por YoonGi es toxico, pero mi amor por JiHyun, era lo único puro que quedaba aún dentro mío.

—Pensé que no vendrías hoy. —me dijo cuándo se separó, YoonGi estaba apoyado en la pared un poco más allá de nosotros, mirándonos. — ¿Vas a llevarme a casa?

Asentí, observando como el color carmín se acumulaba de forma más potente en sus mejillas. Estaba tan feliz, parecía listo para comenzar una nueva vida. Lo que me temía era a que no todo sería como él piensa que será, se decepcionara. Sin embargo, yo siempre estaré aquí, él lo sabe, jamás voy a abandonarlo. Perdí mi niñez por resguardar la suya, siempre lo puse por delante de todo, incluso de mi propia felicidad.

Creo que su sonrisa fue creciendo a un más cuando vio a YoonGi. Se acercó a besar su mejilla, pero a final de cuentas, él tuvo que agacharse para que los pequeños labios de mi hermano alcanzaran a tocarlo. Ellos conversaron un rato, mientras yo firmaba unos papeles, despreocupándome solo entonces de sus cosas. Me dijeron que irían a dejarlas a mi casa por esta semana, yo agradecí, recibí instrucciones de los cuidados que JiHyun necesitaba, de las medicinas que debía tomar, a qué hora debía hacerlo, las visitas al médico que tenía que tener semana por medio.

El doctor me dio un abrazo un poco incómodo, y me dijo que las cosas saldrían bien desde ahora. Yo en serio esperaba que eso fuese cierto, lo creí, lo hice. Me agarre a la esperanza, la fe, completamente ciego por ellas, esperando que algo saliera bien en mi vida alguna vez. Cuando llegue, vi como JiHyun intentaba no parecer cansado, pero su rostro lo delataba. Estuve al lado de ellos, diciéndole que debía llegar a dormir a casa.

—Estás cansado, JiHyun. ¿Vamos a ir a casa a dormir, si? —Él asintió, sin hacer reclamos al respecto, sabía que no lo haría. Nunca me ha llevado la contraria.

—Gracias por traer a YoonGi, JiMin. Me hace muy feliz tener nuevos amigos. —YoonGi estaba mirando hacia otro lugar, al parecer, ajeno a lo que Jihyun está diciendo. —Y me hace feliz, verte feliz con él.

Al principio, me sorprendí, pero no dije nada. Tome su pequeña mano con temor a que se fuera, mientras caminábamos, porque parecía un sueño, tenía miedo a despertar y que cuando lo hiciera volviese a los primero y horribles días, donde se veía tan mal, en una cama, resignándome a que moriría sin esperanza alguna.

JiHyun apretó una parte de la ropa de YoonGi, llamando su atención. Cuando este lo miro, con ojos despreocupado, mi hermano levanto su mano derecha pidiéndole que la tomara como yo ya estaba tomando la izquierda. No lo dudo, ni siquiera lo pensó, solo fue y lo hizo. Solté una risa, haciendo que los dos me miraran. —Esto es tan raro.

—No. Es lindo. —su voz infantil, llena de reproche se repuso contra la mía. —Hay que caminar más rápido para llegar a casa.

Él deseaba tanto llegar a casa porque creía que allí era su hogar, ese que no había visto durante mucho tiempo, donde se sentía en compañía, con amor rodeándolo por todos lados. Pero yo sentía que mi hogar estaba justo aquí.
Con mi pequeño bebé, y el gran desastre.

—No hay que ir tan de prisa, ambos están muy cansados. —murmuro, YoonGi, cruzando la calle que nos dirigía a pasos cercanos de mi casa.

Estuvimos cerca, pude mirar que muchas de las luces al interior estaban encendidas. Había ruido, ni siquiera tuve que tocar la puerta antes de que de ella saliera mi madre, con su rostro rojo, su labio hinchado, más lágrimas de maquillaje corrido cayendo por sus mejillas.
Quise evitar que JiHyun lo viera, o incluso que YoonGi lo hiciera, pero ya era demasiado tarde.

El show había empezado, y no hay show sin público.

슈짐 Drama King 〄  Yoonmin [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora