17🐰

1.5K 178 5
                                    

―¿Estás seguro de que está bien, Yohan?

―Él está bien, Dongpyo, sólo tiene unos cuantos cortes y rasguños. Necesita unos cuantos días en cama para descansar y recuperarse, pero el doctor dijo que está bien.

Dongpyo frunció el ceño y se apartó de la ventana para mirar al otro lado de la habitación, hacia el segundo al mando de Seungwoo. Había pasado una semana desde que Yunseong atacó a Seungwoo, y él todavía no había visto al hombre.

Durante la pelea, Yohan lo había llevado de regreso a la seguridad de su pequeña habitación y puso guardias afuera de su puerta. Le habían traído comida, y un doctor vino a examinarlo, pero no Seungwoo.

―¿Puedo verlo?

Deseaba desesperadamente verlo, para asegurarse de que su pareja realmente estaba bien. Había visto la sangre, las heridas. Sabía que sus lesiones, eran más graves que unos cuantos cortes y rasguños. Le estaba matando por dentro que no le permitieran estar al lado de su pareja.

―Esa no es una buena idea, Dongpyo.

―No, por supuesto que no ―, susurró, mientras volvía a girarse para mirar por la ventana. En realidad, no estaba viendo nada, ni la nieve cubriendo las montañas o los campos de color blanco puro que yacían ante él. No veía nada más que los ojos llenos de odio de Seungwoo. Dudaba que pudiera olvidarlos alguna vez.

―Vendrá a verte cuando esté listo.

Cubrió su boca para contener la risa histérica. Seungwoo no iba a ir a verlo. Ni siquiera podía mirarlo. Ahora sería peor. Ya no podía esconder su condición.

Ya había pasado el tiempo suficiente, como para poder descubrir el sexo del bebé si es que realmente quisiera saberlo. En otra semana, sólo empezaría a ganar peso, mientras el bebé crecía del tamaño adecuado para nacer. Estaría tan grande y gordo Y seguramente eso lo haría muy atractivo a los ojos de Seungwoo.

¡No!

Deseaba poder cambiar a su forma de conejo, pero el doctor le había advertido contra ello. A estas alturas del embarazo, podría lastimar al bebé.

Sin importar cuanto deseara no estar esperando, no haría nada para lastimar a su hijo. Era todo lo que le quedaba de Seungwoo.

―Creo que voy a tomar una siesta ―, dijo, mientras bajaba su mano y se volteaba para mirar a Yohan. Podía sentir los ojos del hombre observando cada uno de sus movimientos, y era enervante. Sentía como si pudiera leer cada una de sus emociones.

El hombre era bastante amable, pero había una pizca de lástima en sus ojos, siempre que lo miraba. Yohan era el único hombre que sabía todo lo que pasaba entre él y Seungwoo. Le gustaba el tipo, pero no podía contener el resentimiento. Yohan también era su carcelero.

―¿Necesitas algo?

―No.

Esa era su constante respuesta, en estos días. Lo que necesitaba, no podía tenerlo. Lo que le ofrecían, no lo quería. Sentía como si viviera en una burbuja llena de algodón. Nada entraba, y nada salía. La mayoría del tiempo, ni siquiera sabía qué hora era.

―Tal vez después de que descanses un poco, podamos salir a caminar afuera, a conseguir algo de aire fresco.

Sabía que Yohan estaba tratando de ayudar, de darle algún tipo de esperanza. Trató de darle una pequeña sonrisa, para dejarle que el hombre supiera que apreciaba el gesto. Sabía que había fallado, cuando Yohan frunció el ceño.

―Vendrá a verte tan pronto como pueda, Dongpyo.

―Sí, por supuesto.

Si Seungwoo realmente quisiera verlo, habría venido antes. Pero no lo hizo, y él lo sabía. Si estaba tan saludable y fuerte como decía Yohan, entonces no había nada que lo mantuviera alejado.

Se sintió repentinamente cansado. Casi lo hizo reír. No había hecho nada más que mirar por su ventana por horas, aun así sentía como si hubiera corrido una maratón. Sabía que una parte era por estar embarazado, pero otra parte era por la completa destrucción de su corazón y su alma. Y ningún montón de sueño, podría arreglar eso.

Caminó y se subió a la cama. Tiró de los cobertores alrededor de su cuello y cerró sus ojos. Un momento después, la puerta se cerró silenciosamente, y supo que Yohan se había ido. Sólo entonces, dejó que sus lágrimas cayeran. No fueron muchas, sólo unas pocas. Ya había derramado la mayoría.

Bajó su mano para acariciar su estómago distendido, una lágrima más cayó cuando sintió un pequeño movimiento bajo su mano, como una mariposa. No era justo que no tuviera alguien con quien compartir esto. Seungwoo debería haber estado aquí para compartir su alegría, y debido a que no era el caso, la suya se desvaneció rápidamente.

No quería atravesar todo esto solo. No quería criar a su hijo solo. Todo lo que podía ver frente a él, eran años y años de momentos especiales y nadie especial con quien compartirlos. No era justo para él, ni para su hijo.

Su hijo se merecía un padre, alguien que pudiera reír con él, besar sus heridas, y protegerlo de las maldades del mundo. Se merecía a alguien que lo amara. No merecía ser traído al mundo en el que él vivía.

No podía ponerle fin a las cosas, como sabía que debería. El amor y la protección hacia su hijo, era más fuerte que cualquier necesidad de abandonar el dolor que traía el rechazo de Seungwoo.

Se quedó quieto, cuando oyó que la puerta del dormitorio abrirse y luego se cerró quedamente. Podía oír a alguien respirando, mientras caminaba lentamente para pararse junto a la cama. No era Yohan. En la última semana, se había acostumbrado a las pisadas de este. Estas no eran suyas.

Mientras la cama se hundía y el cuerpo de un hombre se extendía junto a él, el dulce aroma de Seungwoo lo envolvió, y casi lloró. Sólo morder sus labios, contuvo el desesperado sonido tras ellos.

~|| Little Bunny ||~ •SEUNGPYO• Seungwoo X Dongpyo OMEGAVERSE (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora