DÉBIL Y CALIDA .VI.

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Pasaron los dias, semanas y todo seguía en un modo muy extraño con el dolor latente y la espera del inminente matrimonio.
El por su parte insistía en la idea de irnos de ser una familia y olvidar todo lo pasado pero yo terca y obstinada le regalaba que si el lo había decidido debía hacerlo.

Y llegaba el día antes de su amargo casamiento como muchos días ese día planeamos la noche y la pasamos juntos acompañados de una botella de ron cigarrillos y mil cosas que decir..
Bebimos y aspiramos cada humo y amargura de la noche lloramos como niños y nos dijimos mil cosas aún guardadas me declaro su amor y yo el mío haciendo esa despedida más dolorosa nos abrazamos y sentimos como si fuera la última vez, pero sin una gota de morbo solo era compenetrar almas perdidas, almas que se querían pero se lastimaba..

De madrugada tipo 4 volví a casa y el quedó en su cuarto pensando en lo que se venía..

Paso el otro día y me llamo tipo 10 am que ya se había casado y que estaba en el trabajo como cualquier día eso no sé si me dio tanta pena como debería, pero veía que no era lo que él quería y que no era algo por lo que celebrar yo por mi parte aliste mi viaje para irme lejos, necesitaba alejarme de el y todos esos recuerdos rotos.

Paso la semana y ya con pasaje en mano viajaría el siguiente dia, el siempre pendiente y algo descolocado por mi partida me pidió pasara mi última noche con el, para hablar y poder tener ese último recuerdo juntos a lo que obviamente accedí.
Paso por mi pasado las 11 y caminamos hasta su casa reímos y olvidamos todo esa noche solo fueron risas, jugamos cartas y vimos películas como si fuera tiempo atrás cuando nada a un se rompía nos dieron las 3 y ya cansados, soñolientos nos dispusimos a dormir, pero está vez el no dejaría pasar la oportunidad me abrazo fuerte y me recordó por que había partido todo abrazándome por la espalda tomo mis pechos y beso mi cuello entre palabras dulces, voltie y lo mire fijo a los ojos pude ver esa última lágrima correr y mis ojos se inundaron, me beso y abrazo tanto que pude sentir el cálido y suave sentimientos de paz y cariño o quizás solo amor, yo solo disfrutaba de el y lo sentía en mi era nuestra última noche y hacer el amor era lo mínimo que esperaba me sentía plena otra vez, podía sentir que sanaba pero la mañana me volvió a la tierra y me recordó que debía marcharme pero llevándome su aroma, su calor y su cálida huella que hizo de esta perra fría y terca por momento a la mujer más débil y cálida que podía llegar a ser

Relatos Entre Sábanas HúmedasWhere stories live. Discover now