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-este capítulo contiene escenas de violencia.-

Tao salió del auto y entró en el asiento de piloto, ahora debía ir a casa, y lidiar con el problema que tenían, no quería dejarlo en el olvido, porque sabía que no lo podría olvidar y se atormentaria día y noche, tenía que arreglarlo ahora, aprovechando que Kris estaba en casa y MinKi no. Suspiró cansado mentalmente y apoyó la cabeza en el volante, soltando otro suspiró este siendo más largo y casi dejándole sin aliento. Esta inseguro, le temblaban las manos y podía sentir como su pulso estaba un poco acelerado, que terrible sensación, no le gustaba.

Ahhhh!. Levantó la cabeza del volante y la sacudió de un lado a otro, encendió el motor y emprendió camino a su casa. No se fue apurado, asi controlando su ansiedad de querer liberarse de aquel problema que comenzaba a calificar como una espina, muy diminuta y molestosa; pero tampoco se fue tan lento como para retrasar la conversación, quería terminar ya, aclarar el asunto y sacarse ese peso de encima que suponía a ambos atormentaba. El camino de vuelta le fue tortuoso y desconocido, aún cuando había recorrido esas calles inumerables veces, en esa ocasión se sentían desconocidas, podía ser por los nervios y ansiedad que lo envolvían de adentro hacia afuera haciendo que su cuerpo fuera envuelto en una crisalida de ambos sentimientos, haciendo retroalimentación con ellos mismos causando más de lo mismo, se había vuelto un ciclo vicioso que le dejaba sin aire.

Estaciono el auto y miró las ventanas de la casa, mientras sus manos estaban apretadas con fuerza innecesaria sobre el volante, esta demasiado nervioso, aun cuando ni había comenzado la conversa, acaso, ¿estaba inseguro de lo que ocurriría? tal vez era una clara posibilidad, entre muchas, era consciente del gran distanciamiento entre ambos, pero, ¿tanto creía que habían cambiado? suspiró agachando la cabeza y soltando de a poco el volante, ni cuando salían sus canciones estaba tan nervioso, no se podía dejar llevar ahora por los nervios entonces, lo que vendría era más importante para su vida y debía actuar acorde a la situación, mente fría y abierta, mente fría y abierta, dispuesto a solucionar el problema.

Otro suspiro abandonó su cuerpo antes de bajar del auto, su mano temblorosa apretó el botón de las llaves para poner seguro al vehículo y caminó hasta la entrada de la cochera que conectaba con la casa, cerró la puerta tras de si y siguió desplazándose por el pasillo hasta llegar al living, donde le encontró, sentado en el sillón con la espalda recargada en el respaldo, un rostro neutro, las piernas cruzadas y sus ojos en el aparato tecnológico entre sus manos, parecía despreocupado, pero lo que Tao no sabía era que estaba tan arremolinado en su interior como el, por eso su mano con el celular descansaba apoyada en su pierna, para que no la viera temblar en el aire y no viera lo vulnerable que estaba.

—Llegaste— Kris alzó la cabeza, tratando de parecer desinteresado— Terminemos luego con esto— dijo tajante, para volver a mirar su teléfono y guardarlo posteriormente, hablaba del problema como si fuera la mera cosa, algo insignificante y eso molestaba un poco a Tao, ¿acaso no se percataba de lo que estaba en juego? su matrimonio lo estaba y en consecuencia su hijo.

—Se más respetuoso con el problema Kris que no vamos a hablar de cuanto a subido el dolar— dijo Tao tomando asiento en el sillón frente a Kris, apoyando sus brazos semi-temblorosos en sus piernas, tomando una postura encorvada; una pequeña mesa de centro los separaba con una foto de los tres en medio.

—Lo más probable es que esto sea menos relevante que la alza del dolar y este solo perdiendo mi tiempo— soltó, evitando mirar a Tao, quien no tenía problemas con mantener la mirada fija en el sujeto en el sillón frente el, no lo conocía, no sabía quien diablos era, ese no era su Kris, no se había casado con el ser que ni lo podía mirar frente a el.

Pudimos Ser Felices.Where stories live. Discover now