X

4.1K 326 10
                                    

Amy.

-¡Simón!¡Detente!-

Intento seguirle el paso, pero el chico es demasiado rápido para mí, si pudiera usar mi palo de combate podría alcanzarlo, pero no puedo dejar que sepan que lo tengo yo.

-¡Atrápame Amy!-

Corre sin tenerme piedad, este castillo tiene un gran jardín descuidado, y con este vestido de princesa (que creo que ya he roto) es aún más complicado pasar por aquí.

-Simón, basta- digo agotada mientras me siento en una jardinera intentado recuperar el aliento.

No sé si el muchacho me ha escuchado, pero mantengo mi cabeza gacha.

-¡Simón!- grito para que no se alejé demasiado, es inquieto y puede lastimarse. -¡Ten un poco de piedad!-

Intentaba respirar, el aire que entraba no era suficiente para mis pulmones.

-¡Princesa!- la singular voz de Alejandra retumbó muy cerca de mis oídos. -¿Se encuentra bien?-

Miré en su dirección, se sostenía el estómago mientras bajaba con dificultad.

Parecía demacrada, solo unos días y su semblante ruborizado era pálido, estaba más delgada y descuidada.

-Creo que esa pregunta es para ti-

Alejandra se sienta a mi lado con una enorme sonrisa.

-¿Puede guardar un secreto?-

Sus ojos brillan, asiento con la cabeza levemente, esta mujer tiene un comportamiento extraño.

-Estoy embarazada, casi cinco meses-

Miré a su estómago, lucía demasiado plano para un embarazo de cinco meses en lobos, ya debería tener una panza de una humana embarazada de gemelos.

-Pero... No lo pareces-

Su escandalosa risa me asustó un poco.

-No soy una loba, soy una bruja blanca, sin embargo, estoy emparejada con un hombre lobo...-

-¿Y quién es el afortunado?- digo con algo de burla.

-Din- su sonrisa se borra -Es obvio que el bebé será un híbrido, un lobo hechicero, tomo una pasión especial para ocultar mi embarazo, no es visible a simple vista, si alguien llegara a saber... No sé qué podrían hacerle a mi hijo-

Alejandra abraza su vientre en forma protectora.

-¿No aceptan a los híbridos?-

Si eso era cierto... Podría ser un impedimento más para que Yureck me mantenga aquí, su pueblo me odiaría y él estaría obligado a rechazarme.

-No, claro que no, muchas familias híbridas viven entre nosotros, lo único que no tolerarían sería una cruza entre seres sobrenaturales poderosos, ¿Sabe lo que podría ocurrir? Sería repetir la historia que ocurrió con los Safiros-

-¿Safiros?-

-Una larga historia mi princesa- suelta un largo suspiro -¡Casi lo olvido!, El Rey Yureck le envía esta carta-

Me extiende un papel algo áspero con el sello de un lobo.

-Me retiro- hace esa estúpida reverencia que todos hacen aquí y se va con pesadez.

Estoy a punto de tirar la carta cuando siento algo pesado en mi regazo, al voltear a ver es un gran lobo acaramelado, lo reconozco al instante: el lobo que llevaba sobre él a la caperucita.

Intento quitármelo de encima, pero con un movimiento rápido el lobo me tira sus dientes grandes y filosos se muestran ante mi cara, no alcanzo mi palo de combate: es el fin.

Su húmeda lengua me deja las mejillas encharcadas.

-¡Pero que asco!-

Levanto la vista, el lobo acaramelado se transforma ante mis ojos en hombre.

Fascinante.

Pienso, nunca había visto una transformación.

-¡Amy!- la dulce voz de Simón me saca de mis pensamientos.

Él es el lobo acaramelado.

-Tú... Tú eres... ¿Por qué no le has dicho a Yureck?-

Simón se sienta cómplice junto a mi.

-No hay nada que deba decir- guiña un ojo -Y a parte... Es mi culpa lo del golpe en la cabeza-

Despeino el cabello de oro de Simón.

-Claro que es tu culpa, debí suponer que un golpe tan mal acomodado solo podía venir de ti-

Simón se ríe.

Y yo observo esos ojos que parecen suplicar libertad.
.
.
.

Mi querida Amy.

Te observo todos los días, es imposible no olerte a kilómetros, de igual forma... ¿Seguirás torturándome con la visión de una dama en apuros?

Indefensa... Siempre indefensa.

No puedo amarte, al amarte me pierdo a mí, y si me pierdo... Mi pueblo sufriría las consecuencias.

Quiero un heredero, y tú quieres tu libertad.

Hoy a la media noche en el jardín que te otorgue... Si asistes podemos dialogar para que ambos consigamos lo que queremos.

Yureck.

Libertad. Doblo el papel mientras lo dejo arder en la chimenea.

Libertad a cambio de un heredero al trono de los hombres lobo.

E.



Secretos de LunaOnde histórias criam vida. Descubra agora