LV

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Yureck.

-Así que... Esael Amok es la razón por la que hiciste todo esto-

Amy está frente a mí, sostiene mi cabeza con sus manos, no llora, simplemente tiembla.

Fue repentino.

Llegó aquí alterada, me tomó de la cabeza y me escupió la verdad a la cara, sin más... Sin nada más.

Sus ojos me miran.

Malditos sean sus ojos negros... Tan traicioneros.

-Así es... Todo fue por Esael Amok, pero Yureck... Confía en mí cuando te digo que mi lealtad es ahora a ti-

Separo sus manos de mi rostro.

Maldita seas... Por hacerme tan débil, por impedirme odiarte aun cuando te lo mereces.

-¿Sabes lo que era Amok?-

Amy niega.

-Él era un safiro-

Amy me mira con perplejidad, digiere mis palabras.

-Hace muchísimos años... Existió una pareja, una bruja poderosa... Y un vampiro príncipe, sus cantos se llamaron y de esa unión nació un híbrido, mitad vampiro, mitad hechicero-

Camino por el despacho, aturdido, el golpe emocional que ella soltó aún hace eco en mi cabeza.

-Safiro, completamente inhumano... Completamente sobrenatural... No había ningún rastro de sentido común en él, con el tiempo esa pareja tuvo otro hijo, y ellos formaron su propia especie, los Safiros pronto nos duplicaron en número, eran crueles, balanceados, temibles, fuertes como ninguna otra raza... Y acabaron con los que ellos creyeron débiles...

Las razas restantes acordaron acabarles, pelear en su contra, y así se generó una gran guerra en la que creímos vencer, pero esos malditos solo escondieron bajo tierra y tú les has estado ayudando a recobrar la fuerza que perdieron-

-Yureck... No-

-¡CALLA MALDITA TRAIDORA!-

Amy se asusta ante el bramido que sale de mí.

-Tú no confiaste en mí para contarme la verdad desde el inicio, no tienes ningún derecho... Escucha atentamente-

Se hace pequeña en el sillón, sus lágrimas salen reprimidas, no quiere llorar, lo intenta.

¡Maldita seas Amy Vonakov!

Golpeo la pared, estoy frustrado, duele que mi compañera me traicione.

Pero duele aún más saber que sin ella... Moriré.

-Si quieres que recupere la confianza en ti tendrás que decirme todo lo que sepas sobre Vince Amok y la organización para la que trabajaste-

Amy corre a donde estoy.

Abraza mi espalda y me olfatea.

-Haré lo que me pidas... Pero por favor... No me odies-

Suspiro algo cansado por la sensación, doy media vuelta y la tomo por el cuello, sin fuerza, solo quiero alejarla para pensar.

-No más secretos Amy... No voy a tolerar más mentiras, ya no-

Ella intenta acariciarme, pero me doy la vuelta, soltándola.

-Yo voy a dónde tú vallas, te seré leal tanto cómo tú lo seas a mí- susurra detrás de mí.
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Al terminar de hablar con ella Din me indica que la omega está mejor y puede ser interrogada.

Me dirijo a la habitación que se le otorgó.

Me pregunto cómo es que ella salió viva de aquella terrible noche.

Al llegar toco la puerta.

-Pase- me responde una voz tierna.

Abro la puerta.

Es una mujer pequeña, con heridas que su regeneración de omega apenas puede abastecer.

Y cómo todo Omega... Es tierna, con unos ojos azules muy hermosos.

Ojos de cielo.

-Hola, soy el Rey Yureck- informo, pues parece asustada.

La criatura me mira con una sonrisa.

-Soy Rabat- me observa con demasiada atención... Me hace sentir incómodo -Es un honor estar ante su hermosa presencia, su majestad-

Genial... Una aduladora más.

E.

Secretos de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora