6. El primer vampiro no original

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Después de perder a mi familia esa catastrófica noche, corrí para ponerme a salvo y no sé como ocurrió pero cuando me di cuenta ya estaba muerta. 

Sabía que había perdido la vida pero aún así me desperté con el recuerdo de que había muerto había muerto pero no sabia porque podía estar de pie. Todo era extraño, me sentía extraña así que pensé que tal vez estaba en shock. Aún podía oír los gritos y vi el pueblo en llamas que parecían estar siendo extinguidas. 

Desde donde me encontraba, vi a varios habitantes del pueblo correr con cubos de agua. Pero no era eso lo que me llamaba la atención. No sabía por qué pero mis pies me dirigieron hacia el río y solo cuando llegué a él supe por qué. 

Susan estaba tendida en el suelo mientras gemía. No eran los gemidos ni su llanto, ni siquiera el saber que se podía estar muriendo, sino el olor de su sangre. Me invadió de una manera que ninguna palabra me serviría para explicar lo que sentí en aquel momento pero era como cuando llevábamos días sin comer y mi padre traía un gran animal para nosotros cuatro. E incluso era algo más intenso. 

Sabía que sino lo hacia,  me moriría en aquel instante. Por aquel entonces, el miedo a morir era algo muy habitual. Me arrodillé a su lado y supe que ella me estaba mirando y pedía ayuda con sus ojos.

Cuando me di cuenta, estaba bebiendo su sangre. 

Su sangre.

 Algo que hace cinco minutos me habría parecido repulsivo ahora me parecía lo mejor de la vida. No fui consciente de que Susan estaba muerta hasta que paré. Pero no me importó. En realidad nunca me había caido bien. Siempre se estaba jactando de que los chicos la seguían a todos lados. 

Cuando levanté la mirada, no esperé encontrarme a Elijah mirándome fijamente con esos intensos ojos color café. Nunca me hacia fijado en sus ojos hasta aquella noche. Lo único que supe decirle fue un seco "¿Qué?". 

Todo ocurrió muy rápido y, cuando me di cuenta, me encontraba en la casa de Esther, rodeada de casi todos los Mikaelson. Hablaban muy rápido y me sentía observada. Lo único que me tranquilizaba en aquel momento era saber que el hambre había pasado. Yo solo quería volver con mi familia. Les supliqué que me dejaran ir. Ni siquiera había escuchado de qué habían estado hablando. Finalmente, y después de mucho insistir,  me dejaron ir, tal vez porque sabían que no me iría a ningún sitio.

Eso fue lo que ocurrió. Volví a casa como si nada hubiera ocurrido. Como si no hubiese bebido la sangre de una persona hasta morir. Unos días después, Rebekah  se presentó en mi casa y me explicó que había ocurrido. Me había convertido en vampiro. El primer vampiro que habían creado los originales. Como era de esperar, el termino original causó en mi curiosidad, que fue solventada por Rebekah. 

Los Mikaelson se compadecieron de mi y me dejaron vivir, convertida al igual que ellos en una inmortal. Esther me hizo un collar, una joya de luz, para poder caminar de día. Ella me explicó que era bastante diferente a los Mikaelson pues sus hijos mataban a inocentes y yo solo me alimentaba de aquellos que no deberían vivir en este mundo. 

Después de aquello y años después, Esther murió y los Mikaelson decidieron huir de su padre. Yo, sin embargo, decidí quedarme con mi familia. No pudieron convencerme, a pesar de sus intentos. Ellos me prometieron que siempre tendrían las puertas abiertas y que, cuando me marchase de este lugar, los buscase.

Y allí me quedé, 40 años más. Vi a mis padres envejecer y después morir. Vi a mi hermana crecer, casarse, tener hijos y envejecer. Aprendí a alterar la mente de los habitantes para que no me consideraran una especie de bruja. Al fin y al cabo era la única en el pueblo a la que no veían  envejecer. Pero un día llegó un punto en el que decidí que lo mejor era marcharme. Mi hermana ya tenía 50 años. Sus dos hijos tenían más de 20 años y se habían comprometido. Fue difícil dejar a mi hermana pero, aunque ella no lo sabía, nunca la abandoné del todo. No fui capaz de irme lejos. Muchas veces pensé en alejarme y buscar a los Mikaelson. 

Un día alguien de l pueblo encontró indicios de alguien viviendo cerca. Iniciaron una partida para buscarme y fue ahí cuando tomé la decisión de alejarme de mi hermana., algo de lo que siempre me arrepentiría. 

Volví 20 años después. Descubrí que mi hermana había muerto. Nadie me reconocía. Solo era una viajera que estaba de paso. Ni siquiera mis sobrinos fueron capaces de reconocerme. Los vi felices con sus hijos. Y fue ahí cuando me di cuenta de que era hora de marcharme de ese lugar para siempre sabiendo que todos habían sido felices y yo los había visto crecer, envejecer e incluso morir. 

Nunca pensé en ofrecerles la inmortalidad. No me parecía un regalo fácil de asumir. 

60 años después no había visto ni conocido a nadie como yo. Todo lo que sabia lo había aprendido a base de ensaño- error. Tenía muchas preguntas y solo unos podrían resolvérmelas así que decidí buscarlos. Me costó años encontrarlos pero las pistas que dejaban a lo largo de diferentes pueblos y ciudades eran demasiado evidentes. Yo pasaba bastante más desapercibida. Siempre pensé que la sed de sangre tan obsesiva era solo cosa de los originales. Cuando conocí a más gente como yo, descubrí que eso era condición de cada uno.

Finalmente, los encontré en Europa. Me abrieron las puertas, como bien me dijeron 100 años atrás. Decidí permanecer con ellos otros 100 más. Elijah nunca me perdonó que me fuera de nuevo pero, no sabía por qué, siempre acababa volviendo con ellos, a veces más tiempo, otras veces menos. Elijah era el que más se alegraba de verme, seguido de Rebekah. Al fin y al cabo, fui el primer vampiro que convirtió. Rebekah solía referirse a mi como "el experimento de Elijah". 

Durante los años que viví con ellos les ayudé a crear pistas falsas para que Mikael me persiguiera a mi y no a ellos. Una vez casi consigue dar conmigo. Pero, al no reconocerme, pude huir del  pueblo en el que me encontró. Fue cuando ese día cuando decidí que no volvería a ayudarlos a escapar de Mikael. Era su guerra, no la mía.

Con el tiempo descubriría que mi misión en esta vida inmortal, y si quería seguir viva, era evitar que Elijah muriese a toda costa. 

Crónicas vampiricas III (Damon Salvatore y tu)Where stories live. Discover now