Ser la primera vampira convertida te pone, a veces, en situaciones de riesgo. pero tal vez sea peor estar relacionada con dos de las familias más famosas de vampiros: los Mikaelson y los Salvatore.
Tal vez aún no me conozcas pero déjame decirte que...
Después de recordar mi origen, me encontré observando la mansión de los Mikaelson. Nunca habían reparado en gastos. Respiré hondo y como si el simple hecho de respirar hubiese delatado mi presencia, las puertas de la mansión se abrieron. Rebekah estaba deslumbrante. Llevaba el pelo recogido y un vestido verde largo. Al verme, su sonrisa se agrandó más y no tardó ni un segundo en rodearme con sus brazos.
- Oh______, no sabes lo que me alegra verte – me dijo sin soltarme aun
- Yo diría lo mismo si no me estuvieses rompiendo los huesos
Rebekah se rió y me soltó. Me arreglé el vestido lo mejor que pude y seguí a Rebekah al interior de la casa.
Finn estaba en las escaleras. Siempre lo había visto con el pelo largo, pero ahora lo llevaba corto.
- ¿Pero qué ven mis ojos? – dijo Finn con una sonrisa
- Hola – ambos nos dimos un abrazo. – Me sorprende no verte con tu madre
Detrás, oigo a Rebekah reirse
- Madre puede esperar. - dijo ignorando a su hermana - Hacia siglos que no te veía
- Qué fácil es hablar de siglos – dije
- Por fin alguien interesante en esta casa – Kol bajaba las escaleras – Tan guapa como siempre
- El alma de la fiesta ha llegado – lo saludé burlona
Kol me abrazó mucho más energéticamente que Finn para después depositar un beso en mi frente. Siempre me había parecido uno de los más guapos de los hermanos. Sin olvidar, que de todos es el más amenazante y inestable, por eso siempre tenia que poner los todos los sentidos activos con él.
- Yo también creo que está guapísima – intervino Rebekah – El rojo te sienta genial. Espera que te vea Elijah
- Mientras tanto, ¿me sirves una copa Kol? Creo que la necesitaré
La gente fue llegando a la fiesta. Rebekah me presentaba a todo aquel que conocía. Cuando conseguí librarme de Rebekah y de sus invitados, me aparté de la gente. Me acerqué a una de las ventanas y observé el exterior.
- Veo que la fiesta no está muy interesante
Me giré nada más escuchar su voz. Vestido con elegancia, Elijah me miraba con una sonrisa. Hacia mucho tiempo que no nos veíamos.
- Tan elegante como siempre. El día que te vea en chándal, tendré que inmortalizar el momento
- No será necesario. Si estuvieses más por aquí, tendrías esa oportunidad
- Conozco esa táctica. El chantaje no te servirá para que me quede
- Veo que te has desecho de Rebekah. - dijo al ver que me encontraba sola, lejos de su hermana.
- Sí – dije aburrida – Eras uno de los que me quedaba por ver. Aparte de Klaus y tu madre.
- Sí, mi madre - repitió descontento
- Me encanta la emoción que le pones – dije acercándome a él - ¿Reservas las emociones fuertes para otro momento?
Elijah se rio y una voz nos interrumpió
- ¿Apenas os veis y ya estáis hablando de follar? No se os puede dejar solos
Klaus se acercaba a nosotros. Nos dimos un abrazo y después me miró fijamente
- Siempre es un placer verte. Y, al igual que Elijah, me encantaría que fuese más a menudo
- No empecemos – dije rodando los ojos
- Reservarme un baile
- Será un placer
Klaus se marchó dejándonos a Elijah y a mí, solos de nuevo.
- ¿Qué me he perdido durante este tiempo? - Le pregunte
- Que puedo contarte... Me pelee con Klaus
- Que novedad – bromee
- Digamos que mientras teníamos una acalorada discusión de hermanos, apareció nuestra madre buscando paz y perdonando a Klaus
- ¿te crees eso?
- No sé qué creer
- ¿Sabe que estoy aquí? - le pregunté
- Finn ya se lo habrá dicho
- Adiós a la sorpresa
- Siento interrumpir vuestra conversación – dijo Kol llegando a nuestro lado – pero es la hora - le dijo a Elijah
Elijah asintió y se despidió de mi con un beso en la frente. Yo los seguí y vi como ambos subían a la escalera. Allí estaban casi todos los Mikaelson. Esther miraba a sus hijos orgullosa. Eso no me daba buena espina. Al otro lado del salón, pude ver a Damon y Stephan. No muy lejos de ellos, estaba Elena. Su presencia hacia que me dieran escalofríos. El hecho de que se pareciera exactamente igual a la mujer que me ha perseguido una parte de mi vida, no ayudaba mucho.
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Elijah llamó la atención de todos los asistentes al anunciar un vals en la otra habitación. Escuche parte de la conversación de Damon y Elena. ¿Por qué quería Esther ver a Elena a solas? ¿Qué me había ocultado Elijah? Vi como Damon invitaba a Elena a bailar.
Todos se dirigieron a la habitación pero no quería ver a los hermanos Salvatore durante el baile. Todo este baile me parece demasiado sospechoso. Intenté subir a la primera planta. Pero en cuanto llegué a la primera planta, Finn me cortó el paso.
- Las fiestas nunca han sido lo tuyo
- Yo por lo menos hago el esfuerzo – le dije. Finn me observó con atención
- Madre quiere verte, más tarde
- ¿Y por qué no ahora? Estoy aburrida – di un paso pero Finn me cortó de nuevo el paso
- Ahora no es un buen momento
- Resulta todo demasiado sospechoso, ¿no crees? – dije. Sabía que no conseguiría saber nada – Bueno, entonces esperaré
Nada mas darme la vuelta, sentí como sus manos agarraban mi cuello y al instante perdía el conocimiento