Pétalos de rosa .- JenLisa ✔️

#10

POV de Lisa

Empujé a la multitud, eso me estaba aislando del cuerpo indefenso en el suelo. Una vez que estuve al frente, mis ojos estaban muy abiertos. Es como si hubiera visto un fantasma, pero era alguien familiar. Mina Mina?

El cuerpo de Mina yacía indefenso en el suelo. Todos estaban en pánico, pero no parecía querer hacer tal cosa. "¿Por qué nadie está ayudando? ¡Llama a la ambulancia!". Mi voz casi asustó a la multitud.

No quería perderla, no quería perder a nadie que estuviera cerca de mí. He perdido suficientes personas, para abrazar otro dolor o pérdida. "¿Mina? Mina, levántate ..". Mi voz era temblorosa, contuve las lágrimas, que me rogaron que las dejara libres. Jisoo se agachó a mi lado y me pasó la mano por el hombro para consolarme. "¿Estará bien? ..".

La mano de Jisoo descansaba sobre mi hombro, "Lo hará. Es una chica fuerte". Es verdad, Mina era fuerte. Ella era lo suficientemente fuerte como para vivir en el infierno. A través de la tortura. Pero ella todavía era sensible, una niña abrumadora. Quién eligió a la persona equivocada, la persona equivocada de la que puede enamorarse. Nadie debería enamorarse de mí.

El equipo médico se acercó e indicó a la multitud que retrocediera. "Que es mi culpa". Susurré. "No, no es-". Jisoo trató de defenderse. Pero aquí, ella tenía la culpa.

No pude oír venir la ambulancia. Solo pude distinguir su forma borrosa a través de mi inyección de sangre, ojos hinchados y llorosos. Miré mientras veía cómo la vida se escapaba de los ojos de mis seres queridos. Jisoo todavía estaba en estado de shock, mientras que Chaeyoung estaba tratando de ocultar su tristeza. Jennie dijo mucho, sus ojos eran suaves. Aparté la vista cuando vi la cara pálida y floja de Mina.

Un par de manos fuertes me devolvió a la luz cegadora de la ambulancia que todavía no me movía. Su cuerpo fue canalizado hacia una camilla y hacia la ambulancia conmigo. La furgoneta apestaba ligeramente a azufre y productos químicos. Le adormeció la nariz, mientras me sentaba al lado de las sábanas blancas y crujientes que se arrugaron debajo de su cuerpo. Choqué contra el frío metal que aislaba la cama.

Mis ojos se humedecieron como si enfatizara los eventos con un músculo tenso. Al cuerpo sin vida delante de mí. Los goteos y las camas se sacudieron cuando la camioneta se fue rápidamente al hospital. Se sacudió en la cama, sus pies flotando sobre el piso moteado de ambulancia. Mi cuerpo estaba iluminado por las luces azules. "Estoy aquí por ti Mina, no te rindas".

Cada corazón en la calle dio un vuelco mientras la ambulancia se abría paso entre el tráfico, las luces azules ardían. Había algo en la intensidad del momento, como si la forma en que se condujera le diera cierta urgencia emocional a la calle. Durante esos pocos momentos, todos éramos una pequeña parte del drama que se desarrollaba, instándolo a continuar, a llevar su preciosa carga a un lugar seguro.

Recuerdo esos días acogedores. Momentos en los que realmente no nos importaba quiénes somos, qué queremos. Lo que ella realmente quería, de hecho. Mina solía poner su corazón a sus espaldas y preocuparse por nuestra amistad, más que nada.

Realmente ya no lo sé.

Y aquí estoy, mirando la puerta que conducía a mi querida amiga, Mina.

La culpa no se sentó en mi pecho sino dentro de mi cerebro. Me estaba comiendo lentamente, pero seguramente. Fue incluso de una manera burlona. Lo que había hecho, no podía deshacerlo. Podía hacer las paces de manera sutil, pero la confesión estaba fuera de discusión, incluso para su sacerdote. Solo en mis oraciones silenciosas podría hablar mi corazón a Dios y suplicarle su misericordia. No sentía que mereciera su amor, pero ella se lo aferró a mí.