1.2 - Nosotros, Lascivos

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» Podemos ir a quedarnos con Jimin. «

—Si. Diremos que se nos quedaron las llaves en casa o algo así—guarda el dinero en su bolsillo de su pantalón—. Tal vez lo alcancemos si nos apresuramos un poco. Aunque... Aún tenemos hambre.

«Buscaremos más comida de camino. No importa si no llegamos a la vez»

—No obstante, podría ayudar a que empecemos antes—Sonríe a la figura casi espectral de babosa negra que sale de su espalda—. Aprovechar la luz que queda. Jimin-ssi es muy lindo en la luz del atardecer.

«Lo es y precisamente por eso debemos comer bien. Justo porque nos pertenece no podemos devorarlo.»

—Cierto, cierto.

«Vamos probemos suerte a ver si llegamos.»

Son casi las siete cuando llega a casa de Jimin y este lo deja entrar en plena confianza de que en serio perdió las llaves, con una adorable sonrisa. La realidad es que ni siquiera las necesita. La inocencia de su pareja es tan tierna que los encanta y a sí mismo, es casi agradecido que Jimin no preste atención a la sombra de Jungkook. Más grande, con babosas extensiones de sí mismo que lo mantienen sujeto. Si hay algo en lo que ambos coinciden es en que Jimin les pertenece y antes asesinan a todo Seúl que permitir que eso cambie.

Jimin no es precisamente el mejor cocinero, pero es de la clase que está decente y tiene su propio gusto en la comida. Si bien no necesita comer esta clase de alimentos, lo hace para no hacerlo sentir mal, la sospecha que Jimin pueda tener no es realmente nada. Nunca lo llevaría a la verdadera conclusión.

A nadie en realidad.

—¿Tendrás que viajar ahora?

—No creemos. Es posible que ahora simplemente nos encarguen bandas conocidas, politos, eventos. Más no viajes, al menos no muy largos y fuera del país. —Juega detraído con la taza de café ya vacía.

«Nunca entenderé como esa mierda les gusta. Me quitaste todo el gusto que me dejó nuestra verdadera cena.»

—Eso es bueno. Sabes que una relación a distancia no es lo mío. Lo intentaría obviamente, pero no es mi estilo. Me gusta demasiado tenerte aquí—Tras secarse las manos se recuesta totalmente de la espalda de Jungkook—. También me darían muchos celos ¿Qué si te envían a américa y te enamoras de alguna americana o latina?

—No tenemos ese nivel de demencia. Jimin-ssi es perfecto para nosotros y no podría reemplazarlo nadie. —Asegura con una sonrisa amplia en lo que arruga la nariz. Jimin le da un beso en los labios y luego se lo quedó mirando.

— ¿Quieres ir a dormir un poco? Me preocupan demasiado estas ojeras ¿Duermes bien? ¿O te la pasas demasiado editando? —Jungkook mira a otro lado, piensa un poco que decir ante la expresión preocupada de su rubia pareja.

«No es mentira que, si pasamos demasiado tiempo editando, pero vamos, gastamos más tiempo comiendo que haciendo otra cosa. No necesitamos el descanso en realidad. Desvíalo.»

—No, estoy bien, solo he tenido mal dormir porque aún no estamos viviendo juntos—Lo jala suavemente para que acabe sentado en su regazo, Jimin se deja de forma sumisa hasta el punto de acomodarse—. Apenas son las ocho treinta ¿Tú que harás?

—Pensaba que pasaría la noche solo así que solo ver una película ¿Quieres? Pondré alguna que te guste. Aun eres a quién hay que festejar. —Indica al jugar con el arete de Jungkook, uno de los cuatro que tiene en la oreja derecha y de los cinco que tiene en la izquierda.

US || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora