1.3 - Yo, Apenado

5.2K 557 68
                                    

Estuvieron un rato viéndolo dormir. No necesitan hacerlo, no tras haber comido tanto. Jungkook juega con el cabello de Jimin por un rato hasta que Jimin se acurruca más en él. De la espalda de Jungkook brota con lentitud la baba negra que pronto toma forma frente a él. Saca la lengua y exhibe sus colmillos. Lame la mejilla de Jimin quién apenas suspira incómodo entre sueños.

«Debía estar cansado de más temprano, de otro modo no se habría agotado tan rápido.»

—Sí, posiblemente, recuerda que llegó tarde a nuestra cita...

«Aún no estamos saciados. Ya descansó lo suficiente»

—No creo. Él es más frágil que nosotros, puede serle perjudicial.

«Nada que no vaya a perdonar después»

—En eso tienes razón.

No se le hace muy cuesta arriba dejar a Jimin boca arriba, mucho menos abrirlo de piernas y penetrarlo. La mayor parte de la piel de Jungkook está recubierta de fluido negruzco. La zona de su cuello y un poco la quijada marcado con venas negras al tiempo que una sonrisa se afila en sus labios. Jimin no ofrece demasiada resistencia, se queja y remueve, debe pensar que es un sueño.

La mayor parte del cuerpo más pequeño queda inmovilizado en la cama por la sustancia negra que lo presiona. Jimin entreabre los ojos. Ha tenido la misma alucinación muchas veces, tantas que no sabría contarlas todas. Porque no es posible que realmente Jungkook se vea, tenga o esté así.

Es solo un sueño extraño.

~ * * * ~

En la academia de artes a la que asistió, había un alumno destacado. Quizá no el número uno, pero si él que tenía mayor seguimiento por parte de la gente alrededor. Él siempre estuvo observándolo por... "Curiosidad". No es que por ser dos años mayor no pudiera acercarse, esa persona fuera malhumorada... ¡Para nada!

Park Ji-Min es un mochi literal y figurativamente. Dulce, suave y que si te acercas a hablar de manera amistosa posiblemente te responda y siga una linda conversación de esa manera. Quién sabe, incluso ser su mejor amigo como es el caso de básicamente su cinco amigos más cercanos.

No obstante, Jungkook es una persona muy tímida. No se atrevía a acercarse. Aunque Jimin habló en algún que otra ocasión debido a que concordaban en espacios y una que otra clase, Jungkook se limitaba a huir prácticamente llevado por el diablo ¿Por qué? Porque no sabía cómo responder.

Se volvía una rotunda mierda porque coño, estar orbitando a su alrededor y enterarse de todo es frustrante. Quería estar cerca, quería justificar la atracción que siente. Le tomaba fotos a la distancia. Quedaban muy bien y quería entregárselas aunque quedara como un acosador de alta clase.

— ¿Jungkook? —Alzó la cabeza, Jimin lo está nombrando casi a la punta del comedor—. Es muy tierno, pero es como si me odiara, le hablo y me huye. Me gustaría hablar con él y saber qué pasa.

—Quizá solo te odia y ya. Pasa.

—Yoongi por favor—Ríe—. No creo que sea eso. Es muy penoso, tal vez cree que lo voy a morder o algo.

—Muchos aquí quieren que los muerdas. —Asegura Taehyung.

—Solo quisiera pedirle disculpas en lo que sea que haya hecho y estar bien. Creo que le hace falta un amigo. —Hace un puchero.

—Si no se deja, pobre infeliz. No te amargues mucho la existencia. —Sugiere Yoongi sin mucho interés.

Ese día Jungkook quería morirse por ser tan cobarde. Es solo ir a decirle que quisiera ser su amigo y punto final. No hay mayor drama, pero no, hasta su último cabellito se avergüenza de estar a menos de un metro. Iba de lo más molesto consigo mismo por mucho tiempo. Incluso se graduaron de la academia de artes y no dejó a Jimin acercarse.

Una contradicción bárbara. Para empeorar la materia, la agencia en la que entró como fotógrafo... Es donde Jimin trabaja. Como si el mundo se empeñara en ponerlo frente a él y avisar que de ahí no se irá. Jimin cesó los acercamientos, como creyendo que Jungkook sencillamente lo odiaba, incluso rendido o molesto por su actitud.

Un día de esos pasó la rareza.

Iba reprochándose de camino a casa. Tratando de prometerse a sí mismo que al día siguiente sería diferente y le hablaría. Mentira, pues lo ha hecho muchísimas veces antes. Cuando iba a cruzar la calle un auto casi lo atropella, no obstante, chocó justo a un par de metros. Llamó a la policía y una ambulancia casi al instante. Se acercó al auto para ayudar al conductor. El vehículo tenía mucho fuego.

— ¿E-está bien? Una ambulancia ya vien-

—Ham... bre...

—Ya viene una ambulancia. Déjeme ayudarlo a-

Su expresión se volvió asqueada al instante en que por los ojos, nariz y boca del hombre que conducía y se está quemando empezó a brotar un fluido negro. Dio un par de pasos atrás y por inercia iba a empezar a correr. Ya hizo lo que debía y no tenía más obligación de estará hi. Al momento de estar más que determinado a salir huyendo... El hombre se contorsionó hacia él y una enorme cantidad de fluido se le pegó a la cara y torso.

Chilló espantado y se volvió aún peor cuando esa sustancia empezó a introducirse en su cuerpo aun por encima de la ropa. Se palpó confundido ¿Qué fue eso? Sintió horcajadas y como si el estómago estuviera totalmente vacío aun cuando viene de comerse dos malditas hamburguesas de triple carne.

«Devoralo, devoralo, devoralo ¡TENEMOS HAMBRE!»

No supo ni porque acabó arrodillado en el suelo tomándolo para empezar a comerlo. La voz no paraba, solo se hacia más fuerte a medida que el cuerpo iba desapareciendo, sin dejar ni siquiera los huesos ahí. Tuvo ganas de vomitar una vez terminó y vio sus manos llenas de sangre.

«Hora de irnos, andando, andando.»

Empezó a correr arrollando frente en su camino hasta que llegó a su casa. Angustiado fue al baño e intentó limpiarse. Se quitó la camisa y el pantalón casi rompiéndolo sin poder medir su fuerza. Una vez frente al espejo, prácticamente empapado vio como las venas de su cuerpo se iban poniendo negruzcas. Sollozó angustiado ¿Qué coño es lo que...?

«Es curioso que seamos tan compatibles. Asúmelo como una suerte para ti que no te vas a morir por ser un inútil para mi»

— ¿Qu-quién habla...? —preguntó en un hilillo de voz, angustiado.

«Estoy dentro de tu cuerpo. No te asustes. Ahora somos uno. Siendo así no puedo ni quiero que te pase nada. Me perteneces»

Se agarró la cabeza y se la golpeó contra una pared tan, pero tan fuerte que acabó por sacarse sangre en la cara. La voz se sigue buscando. Buscó todo lo que pudiera ser nocivo en su casa y lo uso en contra de sí mismo. Se cortó el brazo, intentó cortarse el cuello, el pecho, el estómago. Nada.

Empezó a tragarse todo lo que pudiera ser dañino para su organismo. Entró por su boca más o menos, así que en teoría si lo regurgita debería estar bien. Acabó por beber de todo, también tragarlo todo y no se sentía mal, como si no afectara su cuerpo en lo más mínimo. Está empapado en sudor y por torpeza en combustible de la moto que aún tiene en reparación.

El tipo del auto soltó esta cosa porque se estaba quemando. Tomó el encendedor y estuvo a nada de prenderse fuego hasta que su cuerpo fue totalmente recubierto por una especie de viscosidad negra que logró hacerlo llorar angustiado. Solo queda su cabeza libre. Tuvo la suficiente fuerza para encender el yesquero y-

US || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora