Capítulo 11.

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     El miedo en aquel lugar se había instalado en apenas unos minutos

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     El miedo en aquel lugar se había instalado en apenas unos minutos. A la vista de todos, hacía presencia el ser más temido y odiado, culpable de destruir la armonía tal y como la conocían en el pasado, reemplazándola por una vida llena de constante miedo y desesperación. Aquel tipo, Favio, estaba frente al equipo y los pocos ciudadanos que no se habían escondido. Su brillante cabello blanco con raya a un lado, sostiene firmemente su corona de oro y gemas de alto valor.

     Mucha gente alrededor susurra mientras él está frente a un puesto de piedras preciosas y amuletos. Se hablaba mucho acerca de lo excéntrico y estrafalario que era, teniendo gustos y comportamientos que lo hacían resaltar de otros líderes que anteriormente habían conocido. Sin embargo, eso no le quitaba sus mayores puntos negativos. Para Cian, Rumshum y Eleonora, él sigue siendo una total amenaza.

     Aquel ser vampírico había quitado todo sentimiento y pasado de su camino, pero nunca pudo deshacerse de su sed de avidez, y comenzó a querer mucho más de lo que le ofrecían. Más joyas, más hombres, más poder. 

     Favio toma de la camiseta al vendedor que está frente a él y lo jala hacia adelante, alejándolo de su escondite. El equipo llega a escuchar la conversación entre ellos dos:

Favio: ¡Cuánto tiempo sin verte! —exclama falsamente—. He recorrido toda la ciudad buscándote. Creí que habíamos quedado en un trato.

     Su voz cantarina y formal igualmente suena de igual forma intimidante y segura, como si no fuese a aceptar recibir un ''no'' como respuesta. El vendedor tiembla de pies a cabeza:

Vendedor: Las cosas han estado difíciles...y no he recibido más joyas valiosas desde que los mercados han estado empeorando..

Favio: ¡Bah!, ¡No seas mentiroso, cariño! —dice entre risas antes de lanzarlo al suelo con sumo desprecio—. ¿Me tomas por estúpido o qué?, soy Favio. Rey de Nochtarm y gobernante de Arium. Futuro dios de todos ustedes, pequeñas hormigas trabajadoras —menciona posando se aleja unos pasos, viendo con suma atención su manicura—. Sé cuando alguien miente, y tú no vas a librarte de mí con esas palabras vagas. Habla.

     El vendedor se levanta algo adolorido y, enseñándole una caja de amuletos, se ve como sus manos tiemblan asustadas. Rumshum alza la voz.

Rumshum: ¡Asi que tú eres Favio! —menciona avanzando hacia él—. Espero no estemos molestando tu tarde de compras, pero tenemos algunos asuntos pendientes contigo.

     Mientras Favio voltea a verlo enarcando una ceja, el vendedor aprovecha en tomar alguna de su mercadería y salir corriendo de allí. El vampiro lleva una mano a su cadera, expectante.

Favio: Estás hablando con el mismísimo, querido. ¿Qué tipo de asuntos pendientes tengo contigo? —bromea en un guiño.

Rumshum: <<Si serás maldito...>> —piensa sacando su ballesta—. Algunos que implican verte dentro de un ataúd.

Fuerzas Opuestas.Where stories live. Discover now