Parte 20

16.1K 2.6K 533
                                    



Tardo un momento en dar con el sitio que me había compartido Kate, cuando lo hago y me cercioro que sí, estoy en la dirección correcta, miro el lugar frente a mí y lo primero que hago es marcar su número. Nunca había estado aquí, porque es uno de esos lugares elegantes que prefiero no visitar, no porque tenga una fachada costosa, si no, porque no soy un fanático de las fiestas o cualquier cosa que incluya tantas personas como las que caben en este sitio.

Al primer tono la voz de Kate invade mis oídos, casi no puedo escuchar por la música que está resonando allá adentro y es la misma que escucho hasta aquí. Lo único que entiendo es que saldrá en un momento y la llamada se corta, así que confiando en que comprendí correctamente salgo del auto y me quedo ahí recostando mis caderas sobre el capó viendo alrededor, había pasado por aquí en algunas ocasiones y lo había escuchado mencionar por mi ex novia quién es de imaginarse que un sitio así obviamente le llamaría la atención, pero a mí nunca me gustaron estos lugares. Ahora estoy seguro que todas las veces que me dijo que vendría aquí con sus amigas, en realidad estaría con Koen Van Brouwer.

Me obligo a sacarme cualquier pensamiento suyo que me arruine la noche y me concentro en mi celular, me doy cuenta que ya han pasado un par de minutos más, le escribo un mensaje a Kate en caso de que se haya olvidado que estoy aquí afuera congelándome y estoy tecleando veloz cuando escucho a mi costado:

—Guau. —Dirijo mi atención en dirección a esa voz que logro reconocer de inmediato y miro a Kate, tiene una sonrisa en el rostro a medida que camina hacia mí y me mira de pies a cabeza hasta llegar a mis ojos con un gesto picarón que no hace más que avergonzarme un poco—. ¿Ropa de diseñador, peinado perfecto y un nuevo teléfono?

No puedo evitar reírme. Sí es un nuevo teléfono, esta mañana había ido por uno porque el otro estaba dejando de funcionar. En realidad no, pero esa es la excusa perfecta para decir que había cambiado de número y no tener que explicar el verdadero motivo: Una llamada mientras conducía en dirección al estudio de Monique. La llamada provenía de un número desconocido que no dudé en contestar y me sorprendió escuchar la voz que me habló del otro lado:

—¿Roger? —Era el padre de Sara, reconocía esa voz a kilómetros de distancia si fuese posible, él y yo no nos llevábamos bien pero tampoco tan mal que digamos. Nos limitábamos a saludos cordiales, pero nunca hablamos sobre absolutamente nada, no teníamos nada en común a decir verdad y siempre presentí que él quería otro tipo de hombre para su hija. De hecho, creo que me lo intentó dejar bastante claro cuando me dijo que yo tenía que estar a la altura de mi novia cuando la ascendieron como socia del despacho. Le agregó: ¿Tú qué es lo que haces en esa revista? ¿Cuánto tiempo llevas en el mismo puesto?

En ese momento solo creí que era un padre orgulloso, pero ahora entiendo qué trataba de decirme.

—Sí, él habla —dije, después de aclararme la garganta. Me limité a escucharlo e incluso me obligué a aparcar en un algún sitio para poder charlar con calma. Iluso de mí, con ningún Escribano se puede charlar con calma.

Me habló —más bien me riñó de una forma educada— sobre las consecuencias de golpear a su hijo, de inmediato recordé el episodio de hace días y cerré los ojos un momento para intentar controlarme y no decirle todo lo que creía de su hijito que tanto protegía —de treinta y cinco años hay que agregar—. Dijo algo sobre procesar una demanda en mi contra y cuanto tendría que pagarle yo al idiota si llevaban el caso a juicio, ya sabía que de alguna forma iban a sacarle un beneficio económico a la situación —como siempre— y me reí irónico, no pude evitarlo. Pero entonces añadió:

—Agradece que mi esposa siente lástima por ti. Porque de no ser por ella y su insistencia sobre dejarte tranquilo, ahora mismo estaría levantando una orden en tu contra.

¿Cómo (no) conseguir un ligue de una noche?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora