SÓLO ES MI JEFE

Cap 5/~ ¿Sin empleo? ~

Joseph Rudbeck en multimedia
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— Gran forma de perder él tiempo, señorita Collen...

*Oh no, Dios no me puede odiar tanto*

Maldigo a mis adentros por la pésima suerte en mi vida, de todos los restaurantes en la ciudad tenía que encontrármelo aquí.

Rebobino mi día e intento recordar con que pie me levanté esta mañana, soy un fracaso en eso porque ni siquiera recuerdo bien mi número de teléfono.

No queda nada más que ser educada y saludarlo como un colega más, bueno, como mi jefe.

Giro y efectivamente se trataba de él, lleva puesto un traje azul marino y una corbata negra, su muñeca relucía un reloj moderno y no quiero admitirlo pero lucía muy bien siempre.

— ¿Lo conoces?.

Hmm... "mi cita" ayuda a que vuelva a la realidad y deje a mis pensamientos inútiles de lado. No sé qué diablos me pasa porque mi cabeza tarda en responder una pregunta tan sencilla

*Demonios aún no sé su nombre *

— Si. Es mi jefe— mentalmente cuento hasta tres y calmo a mis impulsos de esconder la cabeza como un avestruz. — Que coincidencia.— forzosamente hago una sonrisa y volteó para encontrármelo — Necesita algo director Owens?.

— Nada que no podamos hablarlo en las mañanas. — contesta mi jefe arreglándose el botón de la muñeca— Disfrute su cena, señorita Collen.

¡Por un demonio! ¡¿Era necesario tomar asiento junto a nosotros?¡

Antes de continuar el diálogo con mi cita, alcanzo a observar cómo mi jefe es educado extendido la silla para su acompañante, una rubia de ojos marrones con un cuerpo despampanante.

— Podemos cambiar de mesa si así lo deseas — sugiere cuando nota que estoy intranquila.

Esto me debe importar una mierda ya que no vivo de la opinión de la gente, él puede ser mi jefe y aún así me valdrá un pepino lo que piense de mí.

— No te preocupes, no hace falta — lo sigo con la mirada y veo que observa a mi jefe por arriba de mis hombros—Disculpa aún no sé tu nombre— nuevamente intervengo para cambiar de tema.

Él parece notar lo que hago y rápidamente vuelve a centrar en la conversación.

— Soy Joseph Rudbeck, hijo del vecino de tu madre— agrega con gracia— eso sonó raro. — ríe.

Lo acompaño con una sonrisa antes de presentarme yo también.

— Yo soy Érika— sé que para el no era sorpresa debido a que mi madre ya le había contado todo sobre mí antes de quedar— mi madre es Victoria Torres.

—Érika Collen Torres — junta todo mi nombre— tu madre es genial, me ha caído súper bien cuando fue a casa de mis padres.

— Me atrevo asegurar que aún no la conoces bien— comprimo la carcajada— no conozco mucho a tus padres, pero de seguro que también son geniales.

— Bueno... — se toma su tiempo y parece buscar las palabras correctas para responder— se nota que aún no los conoces— repite mis antiguas palabras y hace que está vez riamos juntos.

Llega el mesero y toma toda nuestra atención cuando nos pide que bajemos la voz porque nuestras carcajadas molestan a los demás clientes.

— Discúlpanos — Joseph toma la palabra para disculparse. — lo tomaremos en cuenta.