Cap 14 /~Club Rudbeck~

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Me di una ducha y ahora sólo buscaba algo decente y elegante para vestir. Encontré una falda negra y quizá la combinaría con una blusa de color blanca que tenía guardada desde hace tiempo. Estaba completamente nueva y creo que era la ocasión perfecta para usarla.

Me puse unos botines blancos, que llegaban más arriba de mis tobillos. Esperé a que mi cabello se secara y lo dejé suelto luego de peinarlo un poco.  Sentí que así iba mejor con el atuendo.

Salí de la habitación y en la sala me encontré a Guzmán, sentado en el mueble con su móvil en las manos. No sintió mi presencia hasta el momento en el que tomé las llaves y las sacudí para llamar su atención.

— Estoy lista— no tenía la mejor cara , pero si tenía mis razones. — ¿Nos vamos?— él asintió. Tomé mi bolso y mi teléfono, ambos salimos de casa y nos dirigimos hacia su auto. Antes de subir, pensé muy bien lo que tenía planeado hacer, fueron más de diez veces en las que me planteé la misma pregunta: ¿Era oportuno fingir un infarto?

¿Si?

Si. Pero no lo iba a hacer.

Tenía que haber alguna otra forma de impedir su presencia a la reunión, ya era lo suficientemente incómodo vivir bajo el mismo techo. ¿Ahora resulta que debíamos ir juntos a todas partes? Prefiero tener una sanguijuela pegada a mi cuello por el resto de mi vida.

—En verdad no tiene que ir... — me observó confundido— si no quiere.— fingí completar la oración— Será todo lo contrario a la paz y al silencio que suele inundar su oficina.

— Todo el mundo dice que soy alguien pretencioso y aburrido.— notaba la irritación en su voz, mencionando aquellos adjetivos. Trataba de ocultarlo, pero lo hacía sin éxito.

Empujó la mejilla interna con la lengua y se apresuró a enfocará sus ojos en los míos.

— Me importa poco lo que piensen de mí. Al menos sé que lo hacen.—se burló, pero no entendí muy bien lo que intentaba decir con todo eso. Permanecía serio y cada vez era más difícil descifrarlo— Existe una gran diferencia entre: pensar y decir.

Hmm... se supone que debía ser yo quien tomara la palabra para hacerlo cambiar de opinión, no tenía que ser al revés.

— Las personas no me conocen; sólo se guían por lo que ven y por lo que escuchan — sonrió con arrogancia—  Es por eso que odio todo lo relacionado a las cámaras y a la televisión. No siempre sacan la historia completa, algunos empresarios han caído porque estos malditos los han dejado con un final abierto. A la imaginación del espectador. ¿Sabes cuantos de estos han tenido que pagar para que les hagan una verdadera entrevista ? — conscientemente negué porque en verdad que saber la respuesta.  — Todos, Érika. Absolutamente todos.

Eso me dejó pensando por un buen rato, su discurso había sido muy bueno, pero no me había resultado claro. ¿Cuál era el punto? ¿Las personas lo calificaban como pretencioso y todo era culpa de la prensa? ¿De la televisión?

Ahora quiero saber más.

¿Usted que piensa?

Las piernas estaban por fallarme en cualquier momento, desmatarse no estaba en discusión, mucho menos cuán sentía su maldita mirada sobre mi pequeño cuerpo. Enntonces lo comprendí.

¿Yo formaba parte de "todo el mundo"?

Intenté recordar si en algún momento fui tan descuidas a la hora de parlotear con Fabiana. Yo no era precavida ni mucho menos cuidadosa. Cómo iba a recordar si lo había dicho si yo era la hermana perdida de Dory.

SÓLO ES MI JEFEWhere stories live. Discover now