SÓLO ES MI JEFE

Cap 8/~ El cuadro ~

Estaba súper aburrida, hace más de 9 minutos que deje de usar el móvil y recientemente el reloj había marcado las 9 de la mañana, no podía salir bebido a que no tenía llave del lugar, así que sería en vano.

Decidí reparar cada rindo del lugar intentando despegar la mente de los problemas y céntrala en cada maravilla y que llama mi atención de la vivienda.

— Aww. Que lindo —capto un cisne de cristal en una repisa, al lado hay unos cuadros de mesa y recordatorios de incontables viajes por Europa, en las paredes se recargan muchas medallas y reconocimientos a nombre de Guzmán, cosas que no hacen más que recordarme el impecable desempeño estudiantil que tuvo mi jefe.

— Que envidia — expreso.

Dejo el recorrido a la mitad y subo a mi habitación para desempacar las maletas acompañada de la extravagante playlist que hace de fondo para que la mudanza  sea menos aburrida.

Debato conmigo misma sobre cambiar algunas cosas de lugar, pero rápidamente descarto tales ideas recordando que no debería tomarme tantas libertades en este lugar.

Se marcan la 12:40 y vuelvo la sala a continuar con el recorrido de la vivienda, llego a una repisa que se posa debajo de las escaleras con un número escaso de porta retratos y llaveros.

—Vaya— manifiesto con sorpresa.

Un marco llama mucho mi atención y me fijo detalladamente en él, en este se muestran dos niñas, un niño y en medio al señor Owens, padre de Guzmán.

No ha cambiado mucho de a cómo está ahora.

Tomo otro marco y en este se distingue a una joven con alrededor de 15 o 16 años que se hace notar por una linda sonrisa con hoyuelos en las mejillas, llevaba una collar con la letra G y unos pendientes dorados que decoraban sus orejas.

La inicial de su nombre o el significado de algo personal, no lo sé.

No me agobio la cabeza buscando respuestas concretas a mis hipótesis, solo continúo reparando el cuadro con la mirada.

Bueno, alguna razón debía tener, pero mi intriga no pintaba nada en esta casa y es por eso que decido devolver el marco a su lugar.

— Señoritas Collen, estoy en casa...

La puerta se abre de golpe y a causa de ello sobresalto dejando caer el cuadro al tiempo que desvió la mirada hacia el pasillo, cierro los ojos y doy un brinco cuando cuando escucho el impacto de marco contra el suelo.

— ¡Collen! — Guzmán entra y evalúa la escena detenidamente —¿Qué cree que hace? —se acerca.

—Yo... — las palabras no seden y se quedan atascadas a mitad de camino cuando llevo la vista hacia el suelo, examino los trozos de vidrio por todas partes y sólo me atrevo a decir... — Lo siento.

Su actitud no cambia, sólo se vuelve más dura al igual que su mirada, siento que soy atacada por las dagas de fuego lanzadas directamente hacia mi nerviosismo.

— Estaba viendo algunas fotos y de repente el marco resbaló de mis manos y lo dejé caer sin intención— vuelvo la vista el suelo—Lo repondré y le compraré uno nuevo. Lo prometo, director Owens.

Él no parece querer escuchar nada de lo que digo y vuelve la vista al desastre.

—Quédese allí y no se mueva, iré por algo para limpiar— se adentra a una habitación y no tarda mucho en aparecer con una pequeña aspiradora en manos.

— Lo repondré— vuelvo a decir.

Sube los ojos  y siento la tensión cuando lo hace lentamente recorriendo  cada parte de mi cuerpo.