Cap 24/ ~Un castillo~

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Érika Collen

— ¿Tus padres saben sobre el contrato?

— No. Y tampoco se enterarán— responde con seriedad y creo que es  lo único que dirá por ahora.

Salimos de casa hace unos minutos, Guzmán me comentó que sus padres vivían alejados de Los Ángeles, supuse que era por la edad que estos tenían. No tengo mucha información de su familia, pero estoy segura que su madre no pasa de los 50, el señor Owens luce muy bien con los años  y estoy apuesto a que su esposa no es la excepción.

Agradezco que mi madre también esté muy guapa a su edad, en perfectas condiciones y con dichosa salud. Hoy tuve que llamarla apenas salí de casa, me comentó que cuidaría de Lía y que también hornearían galletas, otra vez.

Ambas se hacen muy buena compañía no hace falta recibir dinero por estar a cargo de un tierno angelito. Lía está es tan obediente que nunca es un martirio cuidarla.

— ¿Quieres que nos detengamos por algo de comida?

¿Lo dices por los dinosaurios que llevo en el estómago o por el rugido de león que se escuchó hace 2 minutos?

— Sí— obviamente no dije lo que pensaba.

Poco a poco fue disminuyendo la velocidad para aparcar junto a otros coches en lo que era un Macdonald's.

—Puedes entrar —demanda mientras apaga el coche— tengo que hacer una llamada.

— Está bien.

Bajo del auto y me dirijo hacia la entrada.

Cuando ya me encontraba en el interior del lugar, me senté en una de las tantas mesas que se ubicaban con vista al exterior, una de las chica se acerca tomar mi orden y luego se retira.

Observo por la ventana y veo a Guzmán recargando sobre su coche con el teléfono en la oreja.

— ¿Acaso no sabe lo que es vestir normal? — me pregunto.

Como es de costumbre llevaba puesto uno de sus incontables trajes elegantes, el cabello muy bien acomodado y por supuesto una chalina para no pescar un resfriado por el clima mañanero.

Nota que lo observo y me sostiene la mirada, por la incomodidad  pongo mi atención en otras cosas y de reojo me fijo si este aún sigue observándome.

—Escalofriante— susurro sólo para mí.

De repente recibo un mensaje de Erick, contestando los mensajes que le había enviado el
día de ayer.

"No hice nada malo"

Esa es su respuesta después de tantas horas.

No esperaba más de él, sé cómo es cuando intenta no pelear así que no insiste con el tema.

—Aquí tiene — la mesera se hace presente con una bandeja en manos, deja toda mi orden sobre la mesa y se retira.

—Un día más sin ti y juro que habría muerto— sonó raro pero sí, le estaba hablando a la hamburguesa.

Tenía tiempo sin comer una debido a las estrictas órdenes de mi ex couch, hace unos meses caí en el encanto de esta delicia y comencé a comer una casi todas las noches, fueron días jodidamente difíciles, mi cuerpo se tomó su tiempo, pero logró ir al compás del entrenamiento. Por suerte logré volver a mi peso normal o al menos sigo intentándolo.

Moraleja; no se obsesionen con las hamburguesas.

—Él oxígeno está herido.

El director Owens toma asiento frente a mí, guarda su móvil y se arregla los botones de las mangas.

SÓLO ES MI JEFENơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ