Cap 18 /~ Encuentro~

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Al llegar al piso 8 , guardé mi teléfono en mi bolso y saqué la llave para abrir la puerta.

No dejaba de preguntarme ¿qué es lo que estaba pasando en California?. Tenía mil hipótesis en la cabeza , no estaba muy segura de ellas y quería cerciorarme lo más rápido posible.

Cuando llegue a la habitación lo primero que hice fue exhalar con pesadez.

Menuda vida.

—Llegaste— levantó l vista y lo primero que escaneo es a Guzmán, frente a la TV con las manos detrás de la nuca. Llevaba puesto una remera suelta y un short de algodón que tenían el color rara entero — ¿Tiene hambre?— preguntó con desinterés  y sentí que lo hacía por el único compromiso de cruzar palabras por educación.

Usted es toda una caja de sorpresas, director.

— No gracias— internamente quería aventarle una silla en la cabeza, no quería ser temperamental y por eso tenía que guardar compostura.

—- Vale. — no dijo más. Cogió el mando y empezó a correr los canales sin darle chance a ninguna película o programa.

Me estaba haciendo sentir invisible por su forma de actuar, si no se volteó a mirarme antes, tampoco lo iba a hacer ahora que había ingresado a Netflix para buscar algo mejor.

Tenía miedo, pero quería llamar su atención y armar un pequeño escándalo por la acción tan descortés que había tenido conmigo anteriormente.

-- Disculpe. Creo que usted y yo deberíamos hablar. Bueno, en realidad... yo necesito decirle algo.

Así que resulta que si tenías valentía. Eres increíble, Érika Collen.

Tu no eres una caja de sorpresas, tú eres una caja descompuesta, mi vida.

Yo misma era mi peor enemiga. Las críticas constructivas no me servían así que solo me tocaba enfrentarlo con esto; Con mi otra personalidad y armando una nueva personalidad que se alejaba totalmente de mi verdadera yo.

—- ¿De que quiere hablar?— me mira por un segundo y luego vuelve la vista a la pantalla.

—¿ Le pasa  algo en al a cabeza? — tenía tanta   rabia, internamente controlaba las ganas de estampar su bello rostro contra la mayólica.—Usted es consciente que lo que hizo hace unas horas no es nada ético.

— ¿Ético? —soltó el mando y volteó a observarme con las cejas levantadas. Dejó  a reproducir una película de leyes, aquello fue lo único que se escuchaba cuando se formaban silencios cortos en la conversación.

¿Yo en verdad quería joder su ánimo?

Si.

Guzmán había hecho lo mismo,en mi defensa: yo solo iba ha devolverle el favor.

— Si. Ético. — le respondí— Me ha dejado varada en la ciudad, se ha marchado sin dar explicación y estoy segura que sabe perfectamente lo poco que conozco de España. ¿Debo recordarle lo poco profesional que fue eso?— sus ojos vuelven a la TV y continúa viendo la película. Yo ruedo los ojos en irritación. Después de unos segundos, al notar que no piensa decir algo al respecto, me armo de valor y sigo reprochando su comportamiento—¿ Cómo se te ocurre hacer algo tan infame?

Me quedé ahí, de pie, esperando una disculpa o una señal de arrepentimiento.  Cualquiera de los dos era totalmente aceptable, yo no exigía demasiado, sólo un gesto simple que indicara que él en verdad lo lamentaba. ¿Mucho pedir?

— ¿Quiere que me disculpe?.

Oh por Dios.

SÓLO ES MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora