Capítulo 39

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Narra Pol

Salí de casa de Carmina con la sensación de que Bruno tal vez entendería la situación. Al menos conocía la historia de su padre y fue parecida. Pero, ¿y si no estaba en lo cierto Carmina? Tenía miles de dudas, sentimientos encontrados. Decidí dar un paseo por Paseo de Gracia y fui a la Casa Atmeller a comprar el mejor chocolate que había probado.

Pero justo cuando estaba entrando recibí una llamada de Ángel preguntándome si me apetecía ir a tomar algo con él y con Marco. Le dije que encantado pero que primero iba a comprar ese chocolate delicioso.

Una vez comprado, llegué al lugar donde habíamos quedado, justo entre Rambla de Cataluña esquina con la calle Mallorca. Había un lugar donde ponían los mejores noodles de toda Barcelona. Y a los tres nos volvían locos. Estuvimos hablando y hablando y cuando encontré el momento le conté que me habían seleccionado para la Beca en Milán. Aquel salto y grito de alegría de Ángel nunca lo podré olvidar y dijo la siguiente frase: "Ya lo intuí yo cuando te conocí, que valías la pena". Lo miré y me reí.

Marco no dejaba de reírse y decía que lo que más le gustaba de Ángel era su espontaneidad y ahí yo recordé una frase del novelista y poeta cubano Reinaldo Arenas, que decía: "Lo bello de una relación está en la espontaneidad de la conquista y del secreto en que se realiza esa conquista". Y tenían razón tanto Reinaldo como Marco. Las relaciones se basan en cómo se conquista al otro. Desde luego, que me sorprendía cada día la vida.

Aquella noche hablé con Bruno, pero tampoco mucho tiempo dado que se tenía que acostar temprano para ir a los ensayos al día siguiente. Al menos, me sentía más tranquilo. Pero en esta historia faltaban todavía tres personas a las que contarle mi marcha a Milán. El primero era mi padre. Cuando hablé con Glòria le pedí que no le dijera nada. Prefería hacerlo yo cuando me hubiese aclarado mis ideas. Y había llegado el momento.

Llegué a casa y estaban viendo la televisión juntos, arropados bajo una manta en el sofá. Empezaba a hacer frío en Barcelona y es de ese frío que es húmedo y se te cala en los huesos. Cuando llegué me preguntaron cómo estaba y les dije que bien. Me quedé con ellos a terminar de ver la película, de los hermanos Marx. Nos reímos durante un buen rato.

Cuando terminó la película, Glòria se levantó y dijo que se iba a dormir que estaba cansada y al día siguiente tenía que ir al instituto temprano. Antes de irse me hizo un gesto para que hablase con mi padre, y cuando se fue a la cama me dio un beso de buenas noches y me dijo susurrando al oído: "Hazlo, todo saldrá bien".

Y ahí estaba con mi padre, tapados los dos con una manta y hablando hasta que salieron de mi boca las siguientes palabras: "Papá, la Universidad Bocconi de Milán me ha ofrecido una beca de cuatro meses, de febrero a junio". Mi padre se quedó callado, me miró y me dijo: "¿Cómo la has conseguido?" Le dije: "Ha sido gracias a mi profesora de ética, María Bolaño, que es tal vez mi nueva Merlí en mi carrera y ha hecho todo lo posible para que lo consiguiese".

Él miró hacia el frente y dijo: "Ya te lo dije una vez, estoy muy orgulloso de ti. Pero con esto que me dices creo que no se puede estar más. Al final vas a ser el mejor profesor de filosofía, alguien vio que tenías un don y mira casi cuatro años después alguien se ha vuelto a dar cuenta". Me miró y dijo una frase de San Francisco de Asís, que me sorprendió bastante que la dijera dado que él muy creyente no era: "Empieza haciendo lo necesario, después lo posible, y de repente te encontrarás haciendo lo imposible".

Lo miré y dijo: "Con esto te quiero resumir tu recorrido, nadie te supo entender hasta que llegó él, empezaste haciendo lo necesario, mostrándote tal y como eras, luego hiciste lo posible para entrar en filosofía, con esfuerzo. Y ahora mira... te encuentras haciendo lo que hace cinco años nadie pensó que pudieses llegar a hacer. Pol vales mucho y tus alumnos te lo agradecerán. La vida es una enseñanza continua y a mí, aunque sea tu padre me sigues enseñando, porque en esta vida uno nunca debe dejar de aprender de ella".

Continuación personal de "Merlí: Sapere Aude"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora