Capítulo 1

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Era el primer día de clases después de las vacaciones, solo nos quedaba una clase para poder irnos al fin a casa: Física y Química. Tenía ganas de ver al profesor, Rubén, desde siempre me ha llamado la atención, no sé exactamente por qué, pero cada día me gusta más, y a decir verdad es bastante atractivo. Es de estatura media, tiene el pelo negro, tiene barba, y sus ojos me encantan, son marrones, pero tiene una mirada tan intensa que los hace especiales. Tiene un piercing en la nariz y varios en la oreja, lo que le da un aire más juvenil.

Toda la clase estaba gritando, como no había ningún profesor, aprovechaban para levantarse de sus sitios y liarla, incluso hay personas corriendo y pegándose, a veces pienso que hay personas que deberían estar en primaria.
Yo estaba preparando las cosas de la materia, cuando me dió por levantar la vista y justo, estaban todos corriendo hacia sus sitios y observé cómo entraba Rubén por la puerta, como siempre pegado al móvil, jamás sabremos con quién habla todos los días, pero debe de ser importante. Él iba con un abrigo negro largo que se quitó al llegar a su mesa, una sudadera militar, sus gafas que le quedan tan bien, unos vaqueros y unas zapatillas de deporte.
Es impresionante cómo este hombre consigue sin articular una sola palabra ni mostrarse cabreado que la clase se quede en silencio mientras el continúa pegado al móvil, y me encanta ese momento, ya que puedo contemplarle con total tranquilidad sin que él se dé cuenta.

-Buenos días, ¿que tal han ido las vacaciones?- preguntó con su singular voz, la cual me encanta.
Todos mis compañeros comenzaron a contar sus anécdotas de las vacaciones en voz alta, volviendo a formar un jaleo casi tan intenso como el de antes, yo me uní a ellos contestando casi en voz baja cómo me había ido, dije la verdad, total, nadie iba a echarme cuenta.

-Mal- respondí al aire.

-¿Por qué?- preguntó Rubén, me sorprendió bastante que me hubiese escuchado, y me preguntase mientras los demás seguían a lo suyo.

-No, nada importante- me limité a contestar, no quería darle información sobre mis problemas personales, y menos en ese momento.

Él me dedicó una gran sonrisa para hacerme sentir mejor, y no pude evitar devolverle la sonrisa, me es imposible no hacerlo, es tan mono y a la vez tan sexy que no me puedo resistir.

Después de todo este jaleo, comenzó a explicar el nuevo tema, no se cómo pero siempre entiendo todo con sus explicaciones, la gente suele distraerse pensando en sus cosas fingiendo que están escuchando, pero yo nunca me distraigo, me fascina su manera de explicar, además, me pone verle dando clase.

Él, mi profesor.Where stories live. Discover now