Él, mi profesor.

Capítulo 9

Me desperté un poco más temprano de lo habitual para preparar la comida para la excursión, luego metí todo en la mochila, me vestí y salí de casa, al parecer, al mismo tiempo que Rubén, pero esta vez me acompañaban María y Ángel.

-Buenos días- parecía de buen humor.
-Ah, buenos días a ti también.

Bajé por la escalera, María estaba esperándome en el portal.
-Hola, vamonos ¿no?
-Un momento- estaba sujetándole la puerta a Rubén como siempre.
Me sonrió y salió.

-Tenemos que ir a buscar a Ángel a su calle. 

Íbamos por delante de Rubén, por suerte, como teníamos que esperar a Ángel no íbamos a ir juntos todo el camino.

-Que generosa eres con tu novio ehh- dijo María mientras reía.
-Hay que ser amables, y más con "mi novio"-

Por fin llegó Ángel y seguímos caminando hacia el instituto.
Llegamos y nos quedamos esperando a que abriesen la puerta de la clase, teníamos que esperar hasta las 9:30 para irnos a Mazagón. Estaba hablando con mis amigos cuando de pronto, llegó nuestro tutor, estaba hablando con Rubén, el cuál se me quedó mirando, no se por qué la verdad.

-No para de mirarte tu novio- comentó Isabel, ese comentario me puso roja.
-No creo que me esté mirando a mí-
-¿Y a dónde va a estar mirando si no? ¿Es que no te das cuenta?
-Pues no- mentí, obviamente que era a mí a quien miraba, pero no quería reconocerlo, solo de pensarlo me ponía eufórica.

Entramos a clase y nos pusimos a hablar entre nosotros, hasta que fueron las 9:30 y bajamos a coger el autobús, me dio mucha rabia que no fueramos con la clase de Rubén en el mismo autobús, fuimos con los de otro curso.
El trayecto se me pasó bastante rápido, bajamos del autobús, el de la clase de Rubén ya había llegado, y nos dirigimos hacia el parque para coger una mesa para nosotros, casualmente ese mesa estaba bastante cerca a la de los profesores, por donde estába Rubén.
Para mi sorpresa, se nos acercó para hablarnos, yo estaba demasiado nerviosa para prestarle atención.

-¡AHH UN BICHO!- exclamó María al ver a un mosquito.
-Solo es un mosquito tranquila- dijo Rubén riendo.
-Puedes estar tranquila, ni que midiese 3 metros- comenté.
-Jaja es verdad- respondió él dirigiéndose a mí con una sonrisa.
(No le mires, no le mires)
-Bueno yo me voy a comer- dijo Ángel.
-Yo te acompaño- era mi oportunidad para huir de allí, si seguía a su lado iba a acabar tirándome encima suya para besarle.

-Socorro- le dije a Ángel al borde del infarto.
-Bueno, ya tienes un bonito recuerdo de hoy-

Sinceramente, tenía razón, aunque pareciese una tontería no iba a olvidar ese momento.