A la mañana siguiente me levanté bastante cansada, apenas habia podido pegar ojo, no paraba de pensar en él, rondaba por mi mente nuestro encuentro en el portal.
-No se si lograré acostumbrarme, es que no se ni si tengo que creérmelo.Como todas las mañanas me preparé para ir a clase, me vestí, desayuné, me lave los dientes y salí de casa.
-Mierda-murmuré, acababa de salir Rubén de su casa a la vez que yo, definitivamente me va a costar acostumbrarme.
-Hola Katie- lo dijo con una enérgica sonrisa.
-Hola- respondí con una sonrisa en los labios, aunque no estaba muy contenta, a decir verdad, no me gustaba mucho que viviese justo a mi lado, me incomodaba bastante.
Comencé a bajar por las escaleras lo más rápido que pude, no quería que se repitiese la escena de ayer.
Iba a salir del portal, pero decidí esperar a que apareciese para aguantarle la puerta, como me dijo Rosa, tengo que aprovechar.-Gracias- respondió mientras salía.
-Nada.Ibamos por la misma calle, casi al lado uno del otro, asi que decidí ponerme los auriculares y escuchar un poco de música, miré hacia el lado y le ví con el móvil, igual de concentrado que siempre.
-¿Qué estará haciendo?- pensé, pero no lo sabré nunca.Llegamos al instituto a la vez, mis amigos me miraron con cara de burla.
-¿Que hacíais los dos juntos ehh?- preguntó María. No le había contado a nadie que se había mudado a mi lado, solo lo sabía Rosa.
-Nada, es que se ha mudado a mi edificio.-
Todos se quedaron sorprendidos, al igual que yo, no se lo esperaban.
-Que suerte, si la persona que me gusta viviese al lado mio...-exclamó Martina, sin saber lo incómodo que es en realidad.
Preferí dejar el tema, necesitaba desconectar.
Las tres primeras horas para mi fueron un infierno; inglés se me da bien, pero la profesora es bastante desagradable, en lengua siempre me aburro y la profesora se enfada por cualquier cosa, y en plástica no me llevo bien con el profesor, hace comentarios sobre mi nombre, cosa que no entiendo.
Llegó la hora del recreo y salimos todos al patio, mis amigos y yo siempre nos ponemos al lado de la rampa que va hacia el patio de arena, y casi todos los recreos puedo ver a Rubén hablando por teléfono, por mucho calor o frio que haga él siempre está ahí fuera hablando con alguien, incluso los días de lluvia está ahi con un paraguas.
Siempre intento ignorar que está cerca, pero a decir verdad nunca lo consigo.
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Él, mi profesor.
Romance(1ª parte) Katie, una alumna de 16 años, se enamora de su profesor Rubén, de 28 años. Aunque sea un amor imposible, Katie piensa que él es el amor de su vida y que debe luchar por él, o puede que solo sea un capricho pasajero... pero sus sentimient...